CURIOSIDADES

¿Por qué salario es sinónimo de sueldo?

Tiene su origen en la Antigua Roma y más concretamente de la ‘Vía Salaria’, un camino (calzada) que partía desde Roma hacia la población de Castrum Truentinum, a orillas del Mar A

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¿por qué salario es sinónimo de sueldo?

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Alfred López és divulgador científic y autor de la saga de libros de curiosidades "ya está el listo que todo lo sabe". Cada lunes nos explica, en La Linterna Catalunya, unas cuantas curiosidades.

El término salario tiene su origen en la Antigua Roma y más concretamente de la ‘Vía Salaria’, un camino (calzada) que partía desde Roma hacia la población de Castrum Truentinum, a orillas del Mar Adriático. Dicho camino recibía este nombre debido a que era la ruta por la que se llevaba los cargamentos de sal.

Tanto a los soldados encargados de custodiar dicha Vía Salaria, como a los trabajadores que la trasportaban, se les pagaba con sal, y de ahí que la retribución que percibían recibiese el nombre de ‘salarium’, el cual derivó al castellanizado salario.

Cabe destacar que la sal, por aquellos tiempos, era considerada como el ‘oro blanco’, gracias al gran valor y utilidad que se le daba: con la sal se conservaban los alimentos (debido a que no existían los frigoríficos y por tanto los alimentos se estropeaban antes). También era un perfecto antiséptico con el que curar las heridas.

Una importante parte de la economía, tratos y negocios de la época se basaba en el trueque, y con la sal recibida como sueldo, se podía ir al mercado y pagar la compra de alimentos, ropas…

Por cierto, el término ‘sueldo’ proviene de la palabra latina ‘solĭdus’, una antigua moneda de oro que comúnmente valía 25 denarios.

Es muy habitual ver en películas y series de televisión o leer en novelas negras, a la hora de investigar un crimen que se ha cometido, pronunciar la expresión ‘cuerpo del delito’, siendo también ampliamente utilizada por un gran número de medios de comunicación y noticieros.

Muchas son las personas que creen, erróneamente, que dicha alusión se hace como referencia al cadáver pero realmente no es así.

En realidad esa locución es la traducción literal de la antiquísima fórmula latina ‘corpus delicti’ utilizada ya por los juristas del Imperio Romano y que se usaba para referirse a todas aquellas pistas y elementos que existen alrededor de un crimen y que pueden determinar cómo se produjo y quién es el responsable.

Por poner un ejemplo, todos aquellos elementos probatorios que relacionan dicho delito con el principal sospechoso del mismo: objetos e instrumentos que podrían haberse utilizado, todo aquellos rastros dejados en la escena del crimen (huellas, pisadas, rastros biológicos…), además de testimonios e indicios que echan por tierra una posible coartada.

Incluso en un caso de desaparición y en el que no se ha podido hallar un cadáver, el ‘cuerpo del delito de una investigación‘ hace referencia a todas aquellas pruebas circunstanciales que son más que suficientes para demostrar que se ha cometido un crimen y señalar al posible culpable (que posteriormente sería juzgado).

Todo ello en su conjunto es lo que se conoce como ‘cuerpo del delito’, haciendo referencia el término cuerpo no a un ser humano sino a la suma de informaciones y evidencias que existen alrededor de un supuesto crimen.

Evidentemente también sirve para todo lo contrario… demostrar la inocencia o no culpabilidad de alguien en un delito del que se le acusa. Sin las suficientes pruebas e indicios recogidos por el ‘corpus delicti’ no puede ser acusado y, por tanto, sería declarado como ‘no culpable’ (ojo, hay que diferenciar que no es lo mismo ser declarado ‘inocente’ que ‘no culpable’).

Muchas son las personas que, tras hervir un poco de leche, tienen la necesidad de retirar con una cucharilla (o un colador) una capa o telilla que se ha quedado flotando y que es comúnmente conocida como ‘nata’.

Hoy en día es muy poca esa capa de nata que se forma sobre la leche en comparación con hace varios años atrás (sobre todo debido al exigente proceso de pasteurización previo por el que ha pasado y sin contar aquella leche que ha sido recién ordeñada, evidentemente).

Pero a pesar de la mencionada esterilización sigue creándose una telilla tras el hervor y es que ésta no tiene que ver con la grasa (nata) que previamente suele haber sido retirada (y es utilizada para realizar otros productos y derivados lácteos).

La capa que aparece flotando sobre la leche tras haberla hervido se conoce como ‘lactoalbúmina’ y se trata de una proteína que va incorporada a la leche. Una vez que rompe a hervir se separa del líquido lácteo y al enfriarse queda cuajada y flotando sobre la superficie al ser de otra densidad.

Aunque sea desagradable para el paladar de muchas personas, es aconsejable no retirar esa ‘capa de nata’ debido a que es la parte de la leche que vamos a ingerir que, posiblemente, más proteínas y vitaminas lleve, además de ser fácil de digerir y la que nos aportaría los beneficios que esperamos obtener del hecho de beber un vaso de leche.

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