Lo que hace una camarera de Barcelona cada vez que va a un restaurante que no es el suyo: "Nos lo traen"

Consciente o inconscientemente, todos hemos caído alguna vez en algún mal gesto dentro de un restaurante. Aunque hay que tomarlo con buen humor, conviene evitar estas situaciones en la medida de lo posible, sobre todo aquellas que inciden en el correcto funcionamiento. Una camarera explica lo que ella no hace en un vídeo que se ha hecho viral en TikTok.

Como humanos, nos gusta lo que nos gusta y eso a veces implica actuar de forma instintiva para satisfacer nuestras preferencias. Por desgracia, esto puede hacer que parezcamos unos idiotas sin modales. Esto es especialmente cierto cuando llegamos a un restaurante y estamos deseando que nos pongan un plato.

Esas costumbres que a los locales nos parecen lo más normal, desde fuera se miran con extrañeza o directamente con desagrado. Son unas cuantas, y van del hablar a voces en los restaurantes a creernos el ombligo del mundo en cuestiones gastronómicas. En muchas ocasiones la mala educación traspasa líneas rojas.

Todos hemos tenido a algún cliente pesado al lado, pero nosotros mismos hacemos cosas en ocasiones que pueden ser increíblemente molestas para quienes solo están haciendo su trabajo. Como humanos, nos gusta lo que nos gusta y eso a veces implica actuar de forma instintiva para satisfacer nuestras preferencias.

Un restaurante

Los trabajadores de hostelería están acostumbrados a que los traten como robots, pero puede ser muy desalentador que lo primero que oigas sea una orden y no un "hola". Por ejemplo, cuando la comida llega a la mesa, siempre hay alguien que no se aparta cuando el camarero está intentando servir un plato caliente.

El sistema de asignación de mesa en los restaurantes es un misterio. Salvo que seas un cliente habitual, te enfrentas a una ciencia aleatoria. Al capricho del camarero o del sistema informático. Por eso si conoces el local y sabes que hay una mesa en la que te gustaría cenar porque es una ocasión única, no te cortes y pídela.

Hay una cierta tendencia a dejarse orientar por el camarero, que si es hábil y muchos lo son, acabará por venderte un rodaballo cuando tú estabas deseando comerte unas chuletas de cordero. Hay profesionales que saben hacer muy bien su trabajo, pero no debemos dejarnos intimidar por ellos.

A todos nos gusta charlar con nuestros seres queridos después de haber pagado la cuenta, pero si ves que el lugar está lleno, lo mejor será que os llevéis la conversación a otro sitio y que dejéis la mesa libre. Los restaurantes tampoco son una guardería, por lo que los niños no deberían campar a sus anchas.

"Nos lo traen"

"Efectos secundarios de trabajar en hostelería", señala la camarera en su vídeo de TikTok, "tenemos interiorizado la palabra qué aproveches; por ejemplo, te estoy cobrando y, en lugar de decirte adiós, gracias, digo adiós y qué aproveche". "Después de trabajar en hostelería no sabes vestir de otro color que no sea el negro", apunta.

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La joven apunta que "si vamos a un restaurante y nos traen un plato mal o una bebida mal, no nos quejamos, nos callamos y nos lo comemos". "Estamos acostumbrados a comer a las 17:00 y de cenar a la 01:00", señala, "en un restaurante también nos volvemos muy selectivos dónde vamos a comer".