Los catalanes necesitarían destinar 8,4 años de su salario para pagar una vivienda de segunda mano
Algunas entidades, como Sostre Cívic, apuestan por la vivienda cooperativa ante los problemas de acceso a la vivienda

Carlos Alcoba, presidente de Sostre Cívic, explica cómo es el modelo de vivienda cooperativa que impulsan
Barcelona - Publicado el
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Un estudio conjunto, entre el portal inmobiliario Fotocasa y la plataforma de trabajo Infojobs, concluye que los catalanes deberían haber destinado el sueldo bruto de 8,4 años para comprar una vivienda de segunda mano en el 2024. El informe 'Relación de salarios y la compra de vivienda en 2024' subraya que es la misma cantidad que en 2023, y se mantiene por encima de los ocho años, que empezó a registrarse en 2021.
Y estas cifras demuestran que el acceso a la vivienda no es fácil. De hecho, los expertos inmobiliarios han lanzado una contundente advertencia sobre la grave crisis residencial que atraviesa España, y que le han calificado como la mayor emergencia de los últimos 40 años. Ante esta situación reclaman que se ponga en marcha un pacto de Estado, que sea estable y duradero, para garantizar el derecho de los ciudadanos a una vivienda digna y asequible
Esta es una propuesta, pero hay quien ha pasado a la acción. Es el caso de Sostre Cívic, que es la cooperativa de vivienda en mayor cesión de uso de Cataluña. Nació en 2004 como asociación, en 2010 como cooperativa propiamente, y que se presenta como una alternativa para acceder a la vivienda.
En su caso, se basa en el modelo de cesión de uso: la propiedad es colectiva, de los socios, que tienen derecho a vivir pagando una cuota. Según Carlos Alcoba, presidente de esta entidad, este proyecto es un mix entre compra y alquiler, pero se queda con lo mejor de las dos opciones: no hay riesgos por la deuda adquirida y tampoco existe la inseguridad vital sobre el tiempo que se puede estar en una vivienda de alquiler.
Con esta fórmula, la titularidad de la propiedad es colectiva, recae en la entidad y las personas socias tienen derecho a vivir indefinidamente en las viviendas cooperativas. Requiere una aportación inicial y el pago de cuotas mensuales que se derivan de los costes de adquisición, mantenimiento y funcionamiento del proyecto de vivienda cooperativa, y no de la situación del mercado inmobiliario.
El objetivo no son los beneficios
También es la entidad la que construye vivienda, pero Alcoba ha dejado claro que están fuera del mercado especulativo porque, en ningún caso, la idea es conseguir un beneficio. Y esto dice, si proliferan estas construcciones, puede incidir en el precio de la vivienda, que puede ir a la baja.
¿Y cómo son estos pisos? Reconoce que hace unos años las viviendas estaban pensadas más o menos para una familia, sus padres y dos hijos. Ahora todo esto ha cambiado, y se tienen en cuenta las distintas posibilidades. Por eso dice que en una vivienda cooperativa se pueden encontrar diversas modalidades En Cataluña existen mil proyectos activos de co-vivienda y es la comunidad autónoma líder en este modelo, que está más extendido en otros países, como Austria, Holanda, Dinamarca o Uruguay.
Por cierto, recientemente la Generalitat y los Comunes han llegado a un acuerdo para impulsar a las cooperativas de vivienda sin ánimo de lucro. El pacto incluye una bonificación del 100% en el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP) para estas cooperativas. Esto significa que, al adquirir un solar o un edificio, estarán exentas de pagar ese impuesto, que tras las recientes modificaciones oscila entre el 10% y el 13% del valor del inmueble.
Asimismo, se establece una deducción del 20% en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) para los cooperativistas agrícolas y de vivienda, con un límite de 3.000 euros anuales. Esta medida no será de aplicación a las cooperativas dedicadas a estancias cortas o pisos turísticos.