La cirugía estética no pasa por una validación psicológica: "Estuve a punto de ser una adicta"

La Sociedad de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética ha presentado el estudio La realidad de la cirugía estética en España, un trabajo que ofrece cifras sobre esta medicina. Entre otros datos, este estudio explica que las cirugías estéticas aumentaron un 215% en ocho años sin que se evalúe la salud mental de los pacientes.

Según este estudio, en 2021 hubo en España 204.510 intervenciones, que incluyen tratamientos tan diversos como el aumento de pecho, la rinoplastia o la liposucción.

Además, el 85% de los tratamientos los reciben mujeres y el 15% hombres, aunque la Sociedad de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética, destaca que el interés de los hombres y de los jóvenes por este tipo de cirugía en general está creciendo.

Entre las principales opciones de cirugía para las mujeres se encuentra el aumento de pecho y las liposucciones, mientras que los hombres optan por una ginecomastia o retocarse la nariz o párpados.

¿Puede tener una relación con la salud mental?

En el estudio no se hace referencia a la posibilidad que este incremento de las operaciones de estética pueda tener relación con un aumento de problemas de salud mental asociados a la insatisfacción con la imagen.

Aun así, la tendencia sí que preocupa algunos profesionales de la psiquiatría y también a algunos cirujanos estéticos. Los especialistas recomiendan “rechazar cualquier acto quirúrgico y en su lugar sugerir apoyo psicológico” si las expectativas no son realistas.

Según la sociedad de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética, “el 90% de las personas que se operan de una cirugía estética son personas que no tienen ninguna patología, que piden cosas razonables y atienen las indicaciones del especialista.

Pero, en una revisión de estudios de 2022 sobre el impacto psicológico de la cirugía estética liderado por un doctor norteamericano, se apunta que entre los pacientes que se someten a operaciones estéticas hay una mayor incidencia de trastornos del ánimo en comparación con personas que se someten a otro tipo de cirugías.

Muchos expertos atribuyen parte de la popularización de estos procedimientos a “la visibilidad que le dan los influencers en redes sociales”. Además, también apuntan a que hay una mayor aceptación social de este tipo de tratamientos que unos años atrás.

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Adicción a la cirugía estética

La adicción a la cirugía estética está estrechamente relacionada con el rechazo a nuestra propia imagen corporal. Cuando nuestra mente modifica la realidad y exagera nuestras propias características, podemos llegar a presentar un problema conocido como trastorno dimórfico corporal (TDC) o dismorfia, que se caracteriza por la distorsión de una facción o salvo nuestro cuerpo y su consecuente percepción de este como un defecto.

Esta alteración puede entrar dentro de la categoría de los trastornos obsesivos, puesto que presenta una situación de obsesión muy marcada, alimentada por la baja autoestima, el perfeccionismo y la inseguridad sobre su propio cuerpo.