El día que el Papa Francisco se unió con Cataluña a través de Gaudí y el diálogo

Francisco ha muerto a la edad de 88 años el día después de haber participado en el Domingo de Resurrección

Papa Francisco

Diócesis de Cartagena

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José Miguel Cruz

Barcelona - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Desde su elección en 2013, el Papa Francisco marcó un estilo pastoral basado en la cercanía, la sencillez y el diálogo. 

Aunque el pontífice argentino nunca visitó Cataluña oficialmente, su relación con esta tierra fue más profunda de lo que puede parecer a simple vista. 

En el corazón de esa conexión se encuentra una de las obras más emblemáticas del modernismo catalán y de la arquitectura cristiana contemporánea: la basílica de la Sagrada Familia, obra de Antoni Gaudí. 

Interior de la Sagrada Familia, obra de Gaudí

Interior de la Sagrada Familia, obra de Gaudí

Francisco y Cataluña: una relación discreta pero presente  

A lo largo de su pontificado, el Papa Francisco mantuvo una postura prudente respecto al complejo escenario político catalán. 

Nunca hizo declaraciones públicas sobre la independencia de Cataluña, y el Vaticano insistió en respetar el marco constitucional español.

Sin embargo, el Papa fue receptivo a la realidad cultural, lingüística y eclesial de Cataluña. Mostró interés por el papel de la Iglesia catalana y recibió en distintas ocasiones a obispos, religiosos y laicos catalanes. 

En 2021, por ejemplo, bendijo simbólicamente las torres de la Virgen María de la Sagrada Familia.

Este gesto, aparentemente sencillo, fue interpretado por muchos como una señal de afecto del Papa hacia el pueblo catalán y su patrimonio espiritual. 

La profunda religiosidad de Gaudí le inspiró la creación de la basílica basándose en la naturaleza

El Papa Francisco y Antoni Gaudí: dos visiones hermanadas  

La relación más intensa de Francisco con Cataluña pasa, sin duda, por su aprecio hacia Antoni Gaudí. 

El arquitecto modernista es hoy considerado no solo un genio del arte, sino también un referente de espiritualidad. 

Su proceso de beatificación está abierto desde 2003, y no son pocos los que señalaban que el Papa Francisco podría haber sido el pontífice que lo declarase beato.

Francisco elogió públicamente la dimensión mística y contemplativa de Gaudí. En diversas ocasiones declaró su obra como ejemplo de cómo el arte puede ser un camino hacia Dios. 

Para el Papa, Gaudí es un “poeta de la piedra” que logró convertir la arquitectura en liturgia. Su Sagrada Familia no es solo un monumento, sino un templo vivo, donde la naturaleza, la fe y la belleza dialogan de forma armónica.

Este enfoque conectaba perfectamente con la sensibilidad franciscana del Papa: una visión de la fe que abraza la creación, que busca la armonía entre el ser humano y su entorno, y que encuentra en la belleza una vía para la evangelización. 

foto sagrada familiaPOLITICA Europa Press

Europa Press

La finalización de la Sagrada Familia está prevista para el 2026

La Sagrada Familia: símbolo de una Iglesia en construcción  

La basílica de la Sagrada Familia, iniciada en 1882 y aún en construcción, es uno de los templos más visitados del mundo. 

Pero más allá de su impresionante estética, es también una metáfora viva de una Iglesia que, como decía el Papa Francisco, está siempre “en salida”, en transformación.

En 2010, fue consagrada por Benedicto XVI. Desde entonces, ha seguido avanzando hacia su finalización, prevista simbólicamente para 2026, año del centenario de la muerte de Gaudí.

Aunque el Papa Francisco no llegó a confirmar una visita a Barcelona para esa fecha, muchos soñaban con que sea él quien presidiera su consagración definitiva, en una posible ceremonia que coincidiría con la proclamación de Gaudí como beato.

Francisco demostró en varias ocasiones que apreciaba las periferias, no solo geográficas sino también culturales. 

Cataluña, con su identidad diferenciada, su lengua propia y su rica tradición espiritual, encajaba en ese perfil que el Papa solía valorar. 

Otra conexión llamativa entre Francisco y Gaudí fue su visión de la naturaleza. El Papa hizo del cuidado de la creación uno de los pilares de su pontificado, como muestra su encíclica Laudato si’

Gaudí, por su parte, decía que “la originalidad consiste en volver al origen, que es la Naturaleza”.

En la Sagrada Familia, las formas vegetales, los juegos de luz natural y las columnas que evocan troncos de árboles revelan una espiritualidad ecológica antes de que ese concepto existiera. 

Es una teología encarnada en piedra y luz, profundamente resonante con el mensaje del Papa. 

Un camino que se entrecruza  

La relación entre el Papa Francisco, Cataluña y Gaudí fue un camino de afinidades más que de encuentros formales. 

Fue una conexión espiritual tejida por el arte, la fe y el diálogo. La Sagrada Familia, con su silueta inconfundible sobre el cielo de Barcelona, sigue siendo ese puente entre lo divino y lo humano. Y quizás, en un futuro no lejano, también sea el escenario de un gesto histórico: el abrazo de un Papa a Gaudí.

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