CURIOSIDADES
Este es el origen de la expresión "Hoy no, mañana" que ha popularizado José Mota
Tiene su origen en la época romana y la original avisaba a los clientes de los comercios "hoy no se fía, mañana sí"
Barcelona - Publicado el - Actualizado
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El autor de la saga de libros sobre curiosidades "Ya está el listo que todo lo sabe", Alfred López, divulgador científico, nos hace algo más sabios al dar respuesta a las preguntas sobre enigmas u orígenes etimológicos de las palabras que utilizamos.
Aquí tienes dos curiosidades que no te van a dejar indiferente y te ayudarán a ser un buen "cuñao".
(ESCUCHA AQUÍ LAS EXPLICACIONES DE ALFRED LÓPEZ)
¿De dónde surge la expresión ‘Hoy no se fía, mañana sí’?
El famoso humorista José Mota ha puesto, ya desde hace años, de moda en sus programas la expresión "hoy no, mañana". Pero esta expresión tiene su origen en otra "Hoy no se fía, mañana sí".
Numerosos comercios exhiben carteles con el mensaje 'Hoy no se fía, mañana sí', advirtiendo a los clientes que deben pagar de inmediato por sus compras o consumiciones.
Esta expresión se cree que proviene de la locución latina 'Cras credo, hodie nihil', atribuida al autor romano Marco Terencio Varrón en el siglo I a.C.
Su traducción sería 'Mañana fío, hoy no', indicando la práctica de conceder crédito o fiar a los clientes solo al día siguiente. La frase ha perdurado en la cultura popular como una forma de establecer la política de pago inmediato en los negocios, evitando deudas pendientes y reflejando la prudencia financiera sugerida por la antigua expresión latina.
¿De dónde surge decir ‘nombre de pila’?
El término "nombre de pila" se refiere a la denominación formal y legal que se utiliza en documentos oficiales para identificar a una persona. La expresión "de pila" hace alusión al nombre recibido durante el bautismo (o sea, de la “pila bautismal), el cual era obligatorio en países católicos como España para poder ser registrado oficialmente y obtener diversos permisos.
En el pasado, la gente solía ser conocida por apodos familiares o de clanes, y al realizar gestiones oficiales, como en el ayuntamiento, se les pedía que proporcionaran su "nombre de pila", es decir, el nombre registrado en los documentos oficiales y recibido en el bautismo.
Esta práctica se volvió tan común que la expresión "de pila" quedó asociada permanentemente al concepto de "nombre" al referirse a la identificación oficial de una persona.