CURIOSIDADES

¿Sabes cuál es el origen del término maestro?

Hoy en día es más habitual llamar profesor o profesora para hacer referencia a aquellas personas que se dedican profesionalmente a la enseñanza.

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¿Sabes cuál es el origen del término maestro?

Redacción COPE Cataluña

Barcelona - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

El autor de la saga de libros sobre curiosidades "Ya está el listo que todo lo sabe", Alfred López, divulgador científico, nos hace algo más sabios al dar respuesta a las preguntas sobre enigmas u orígenes etimológicos de las palabras que utilizamos.

Aquí tienes curiosidades que no te van a dejar indiferente y te ayudarán a ser un buen "cuñao".

¿Cuál es el origen del término ‘maestro’?

Hoy en día es más habitual decir profesor o profesora para hacer referencia a aquellas personas que se dedican profesionalmente a la enseñanza

¿Cuál es el origen del término ‘maestro’?

Hoy en día es más habitual decir ‘profesor’ o ‘profesora’ para hacer referencia a aquellas personas que se dedican profesionalmente a la enseñanza, pero, durante largo tiempo, el término ‘maestro’ y ‘maestra’ era la forma más común y utilizada para denominarlos.

El término proviene del latín ‘magister’, cuyo significado literal era ‘el que más sabe o destaca’ (de ahí que se conozca como ‘maestría’ la destreza de enseñar algo).

El significado etimológico de esa acepción proviene de la primera parte del vocablo (magis), que significaba ‘más’. De esa misma raíz etimológica provienen los términos magistrado y magisterio. También dio origen al término ‘obra maestra’ para referirse la creación más relevante de un artista.

Curiosamente, durante la Edad Media apareció la figura del maestrescuela, encargado de impartir las enseñanzas del derecho canónico y las ciencias eclesiásticas.

¿De dónde proviene el término ‘corsario’?

Tenemos asociado el término ‘corsario’ como uno de los muchos sinónimos que existen para referirse a un ‘pirata’, pero originalmente este vocablo no hacía referencia a quienes se dedicaban a la piratería ni nombraba a alguien que atacaba a otras embarcaciones con intención de robar, sino que se refería al responsable de un navío al que se le había encomendado, precisamente, perseguir a los piratas o embarcaciones enemigas de alguna nación.

Los corsarios (o sea, el capitán o responsables de tal embarcación) llevaban un documento (que solía estar firmado por un monarca o gobernante de la época) por el cual se les permitía quedar indemnes de cualquier culpa.

Esa autorización era conocida como ‘patente de corso’ (seguro que has escuchado o leído en más de una ocasión la expresión ‘Tener patente de corso’)

El término ‘corso’ procede del latín ‘cursus’ (carrera) y hacía referencia a la persecución y saqueo de las naves que no eran consideradas acciones de guerra y que llevaban a cabo barcos autorizados por sus respectivos Gobiernos.