¿Te da miedo subirte al avión? Estos cinco consejos te ayudarán a superarlo

El temor a volar afecta a casi dos de cada tres personas, llegando a provocar ataques de ansiedad o de pánico

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

A día de hoy, los aviones son el método de transporte más seguro de todo el mundo (y de toda la historia de la humanidad). Aun así, mucha gente tiene un miedo irracional a volar, frecuentemente generado por la mala interpretación de las turbulencias.

Aunque las turbulencias sean algo completamente normal, muchos pasajeros creen que su vida “puede estar en riesgo” si el avión se mueve mucho. De esta manera, el desconocimiento hace que interpreten el movimiento del avión como un “riesgo”.

Pero los datos reflejan algo completamente diferente. La probabilidad de tener un accidente aéreo grave es extremadamente baja, alrededor de 1 entre 205.552. Esto significa que, en promedio, una persona necesitaría tomar un vuelo TODOS LOS DÍAS durante 25.214 años para tener un accidente grave.

Pero... ¿Qué es el miedo? El miedo es una emoción que surge ante una amenaza, ya sea física o emocional, real o imaginaria. Aunque se percibe como negativa, cumple una función protectora crucial para la supervivencia. Según la Real Academia Española, el miedo es la "perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario".

La llamada aerofobia afecta a estos viajeros antes de abordar el avión, provocándoles escalofríos, ataques de pánico, sudores, taquicardias y vértigos, especialmente en vuelos de larga distancia, lo que a menudo los lleva a cancelar sus viajes. Sin embargo, es importante recordar que no somos los únicos que enfrentamos estos síntomas; cualquier persona puede sufrir alguna fobia, y afortunadamente existen mecanismos para manejarlas.

Viajar al destino de tus sueños, disfrutar de tus vacaciones o asistir a reuniones de negocios sin sufrir los síntomas de la aerofobia es posible. A continuación, te explicaremos cómo controlar, mejorar e incluso superar estos desagradables momentos.

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Tips y consejos prácticos para viajar sin miedo

1. Come algo antes del vuelo: Aunque el estrés pueda quitarte el apetito y causar malestar digestivo, es importante no subir al avión con el estómago vacío, ya que esto puede empeorar los síntomas. Consume un bocadillo ligero y fácil de digerir, preferiblemente bien cocido, y algo azucarado como chocolate para mantener tus niveles de glucosa y activar la hormona de la felicidad. Hidrátate bien, ya que el agua es tu mejor aliada y ayuda a combatir el insomnio y el estreñimiento que puede causar un vuelo largo.

2. Aprende a relajarte: Practica ejercicios de respiración y relajación antes de tu vuelo. La técnica de relajación muscular progresiva, que consiste en tensar y luego relajar conscientemente diferentes grupos musculares, puede ser muy útil. Comienza con las extremidades superiores, pasando por la cabeza y el cuello, hasta llegar a las piernas. Otra técnica es respirar profundamente, retener la respiración entre 5 y 10 segundos y luego exhalar lentamente. Repite este ciclo cinco veces seguidas para sentirte mejor.

3. Evita los pensamientos negativos: Reconoce que los pensamientos negativos solo incrementan tu estrés. Recréate mentalmente en lugares agradables donde has estado o te gustaría estar. Si viajas con un amigo, conversa con él o hazlo con tu compañero de asiento. Lleva contigo revistas, libros o música que te gusten; el tiempo pasará volando si te mantienes ocupado y distraído.

4. Prioriza tu comodidad: Usa ropa y calzado cómodo durante el viaje para hacerlo más placentero. Lleva una manta o almohada para acomodarte mejor en tu asiento. Si sufres de problemas de circulación o claustrofobia, reserva con anticipación un asiento en el pasillo. Estos consejos prácticos te ayudarán a controlar tu miedo a volar y a disfrutar de tu viaje con mayor tranquilidad.

No te sientas mal por sentir miedo

El miedo es una emoción muy básica y común que podemos sentir todos los seres humanos a lo largo de nuestras vidas. El miedo es considerado una emoción, no un sentimiento. La diferencia entre una y otra es que las emociones son una reacción natural de nuestro cuerpo al sentirnos amenazados por algo, como es lo que provoca la emoción del miedo. Mientras que un sentimiento es la interpretación de una persona hacia las emociones.

Como podemos ver, el miedo no es malo. En realidad, nuestros cerebros han evolucionado para sentir miedo, hay áreas específicas que tienen esta función. Entonces, podríamos decir que el miedo es parte de la función cerebral normal y el no tener miedo sería señal de que algo no anda del todo bien. Por lo tanto, está bien que haya situaciones que nos generen miedo, porque eso nos está protegiendo del peligro.

Es importante escuchar lo que te dice tu mente y tu cuerpo en estas situaciones, identificar qué está generando esta emoción y de dónde proviene la amenaza, pues también es importante entender cómo regular la emoción del miedo.

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