Reabren tres casetas de la histórica Cuesta de Moyano de Madrid: La eterna feria del libro

La ilustre calle por la que han pasado grandes personalidades del mundo de la literatura consigue reabrir tres de sus puestos diez años despues

Redacción COPE Madrid

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Una de las peculiaridades más bonitas de la ciudad de Madrid es que, pese a tener puntos de interés muy conocidos, cualquier calle puede tener un punto emblemático que quizá sea menos conocido, pero que esconde detrás un trasfondo apasionante. Es el caso de la Cuesta de Moyano, situada en un lateral del Jardín Botánico, en un emplazamiento único que la sitúa en un radio de 600 metros entre el Museo del Prado, el Reina Sofía, el Retiro, el Museo de Antropología o la estación de Atocha.

La historia de la Cuesta de Moyano se remonta a hace 98 años, aunque en realidad son algunos más. En un principio, los libreros estaban asentados en el mercado de la Plaza de Atocha, y allí vendían su mercancía alrededor de floristas y fruteros. En 1919 se trasladaron a la verja del Jardín Botánico y allí se constituyeron oficialmente como feria de libros, aunque la gerencia del Botánico se oponía a esta ubicación. Tras 6 años, en 1925 se establecieron en la Cuesta de Moyano, de donde no se han movido desde entonces. La actividad en Moyano solo ha cesado durante la pandemia de 2020, pero las casetas ni siquiera cerraron durante la guerra civil, y durante la dictadura era un refugio en el que se podían encontrar libros prohibidos por la censura.

Reabren tres casetas de la histórica Cuesta de Moyano de Madrid: La eterna feria del libro

Personalidades de La Cuesta

Las longevas casetas de color gris de la cuesta han visto pasar delante de sus puestos a figuras de la cultura tan importantes como Ortega y Gasset, Ernest Hemingway, María Zambrano, Federico García Lorca o Arturo Pérez Reverte, entre muchos otros. Precisamente ese gris de sus casetas es un símbolo, según explicaba Lara Sánchez, directora de la organización 'Soy de la cuesta' en COPE, del "color óptimo de un lugar tan mágico y tan emblemático, de la lectura, de la literatura y del conocimiento porque Moyano es un lugar muy libre, de encuentro y que no está marcado por ningún tipo de gusto".

La feria de la cuesta se mantiene en gran parte gracias al cariño y a la dedicación de las familias de algunos de los pioneros. Este es el caso de la propia Lara Sánchez, nieta del librero Pepe Berchi, cuyo nombre lleva la caseta número 26 de la cuesta, la cual comenzó a atender tras el fallecimiento de su padre (también librero) en 1940 hasta su fallecimiento en el año 2010. Sánchez ha relatado lo difícil que el oficio de librero: "Los días que hace mucho calor o que llueve no venden nada, la venta de libros por internet no ayuda, muchos de los libreros lo hacen por romanticismo".

Las casetas 7, 18 y 23

La directora de 'Soy de La Cuesta' ha explicado que las instituciones dan a la feria apoyo, pero cree que se podría dar más, y ha subrayado que "faltan cosas muy elementales para que Moyano llegue a su centenario decentemente, no hay iluminación por las tardes en otoño e invierno, queremos construir un café literario que anime el paseo delante de las casetas para que en invierno vaya gente por allí, no hay señalización que indique donde está la feria de La Cuesta y el estado de las casetas habría que mirarlo también".

Recientemente, se ha conseguido uno de los objetivos que se llevaba persiguiendo un tiempo para La Cuesta, la reapertura de 3 casetas que llevaban diez años sin abrir sus puertas: La 7, la 18 y la 23. La concesión ha sido para 5 libreros jóvenes que llevaban un tiempo trabajando en la cuesta, Javier Bayo en la 7, Jorge Rodríguez Peral, Carlos García y Jorge Rodríguez Chacón en la 18 y Carlos Castrejón en la 23. Jorge Rodríguez Peral ha comentado en COPE con respecto a los problemas que atraviesan la cuesta que él es "optimista", y ha subrayado que "los libreros que acabamos de comenzar esta nueva aventura también lo son, somos gente relativamente joven, no es que seamos veinteañeros, pero tenemos la suficiente energía como para empezar una nueva manera de relacionarnos con La Cuesta, pero también manteniendo la esencia".

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