Un aire más limpio que nunca: Madrid registra un descenso histórico de dióxido de nitrógeno
Por primera vez desde que hay registros ninguna de las 24 estaciones de la red de calidad de aire ha superado los 30 microgramos por metro cúbico de valor medio
Madrid - Publicado el - Actualizado
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En mayo, Madrid ha registrado un descenso histórico de dióxido de nitrógeno. Y es que, por primera vez desde que hay registros, desde 2010, ninguna de las 24 estaciones de la red de calidad del aire ha superado los 30 microgramos por metro cúbico de este compuesto. Gracias a ello, la calidad del aire de la capital nunca ha sido mejor.
Esta mañana, Borja Carabante, delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, se ha acercado a la estación localizada en las Escuelas Aguirre para conocer su funcionamiento. Y para eso, para responder todas las dudas y explicar las cuestiones más técnicas, ha estado presente José Amador Fernández, director general de sostenibilidad y control ambiental.
Pero vayamos a lo importante, ¿cómo funciona una estación de calidad de aire? Lo primero en lo que nos tenemos que fijar es en los dos captadores que hay en el techo. A través de ellos, las partículas y los gases entran en el sistema y es, después de esta fase inicial cuando comienza el análisis de esos compuestos. José Amador nos ha explicado cómo se realiza la recopiación posterior de datos: "Se calculan los valores cada 10 minutos y cada hora se envían al centro de proceso de datos del ayuntamiento, donde se calculan los valores medios".
Además de a estación automática, también hay una manual que analiza unos componentes distintos: arsénico, niquel, cadmio, plomo y benzopireno. En estos casos, se recogen los filtros con las muestras y se trasladan al laboratorio, lo único que este análisis tarda más en realizarse.
El viento, un gran aliado
Existe un agente que ayuda a que los niveles de contaminación sean más bajos, y ese es el viento. Lo que hace es que los contaminantes atmosféricos no se queden en un sitio de forma permanente. Pero hay que prestar atención al tipo, ya que existe el viento tal y como lo conocemos y el vertical. Este segundo depende de las presiones y las capas de altura. Cuando llega el invierno, se puede dar el fenómeno de inversión términa, lo que provoca presiones altas en las que se concentran los contaminantes.
Teniendo todo esto en cuenta, los resultados obtenidos son una gran noticia que colocan a Madrid en la vanguardia de políticas de sostenibilidad a nivel europeo.