Cómo cuidar tus pies después del verano
Una podóloga nos ofrece consejos antes de volver al zapato cerrado tras haber pasado varios meses con los pies al aire
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Tras un verano en el que los pies han estado expuestos al aire, dilatados por el calor, necesitan algunos cuidados antes de volver a calzarlos en un zapato cerrado. Los pies son los grandes olvidados y en ocasiones no tenemos en cuenta los cuidados básicos para mantener una buena salud. En los meses de verano hemos caminado por la playa, hemos estado en la piscina, hemos llevado sandalias y se ha dilatado. También hemos caminado mucho, igual hemos realizado rutas, o el "Camino de Santiago". Para volver a usar un zapato cerrado debemos tener algunas precauciones. Montse Diéguez, vocal del Ilustre Colegio de Podología de Madrid nos ha dado unas pautas que debemos seguir si queremos tener unos pies sanos durente el invierno.
HIDRATACIÓN FUNDAMENTAL
Habitualmente nos hidratamos la cara, el cuerpo, las manos, pero con los pies no solemos hacerlo. Montse Diéguez insiste " tenemos que tener una buena hidratación para evitar cualquier tipo de roce". Después de la ducha también tenemos que tener mucho cuidado de secarlos muy bien. Sobretodo entre los dedos. No secarlos bien puede acarrear problemas de mal olor, incluso enfermedades, como hongos. Las uñas hay que saber contarlas. No demasiado porque se pueden encarnar. El corte debe ser recto y no cortar los picos. Solamente limarlos si nos molestan.
LA IMPORTANCIA DE UN BUEN CALCETÍN
El calcetín es tan importante como el zapato. No importa tanto el material con el que esté hecho, como que sea transpirable. Un mal calcetín o un calcetín muy gastado nos puede provocar rozaduras...El zapato tiene que estar en buenas condiciones, no solo por fuera sino también por dentro. Cuidado con heredar el calzado, sobretodo el de los niños. Cada persona tiene una forma de andar y el zapato se deforma. Eso puede afectar al crecimiento del pie.
COMO TRATAR LAS AMPOLLAS
Si tenemos alguna rozadura que nos genere una ampolla mejor no explotarla. Si no hay más remedio que hacerlo, porque nos afecta a la hora de andar, lo primero que tenemos que hacer es limpiar muy bien la lesión. Después debemos pinchar con una aguja esterilizada alrededor de ella y una vez que se haya vaciado, mantener la piel que hará de apósito. Es muy importante desinfectarla con alguna solución a base de yodo.
Y como consejo general, no olvidarse de los pies y acudir al podólogo al menos una vez al año.