De Alcalá a Pepe Domingo Castaño: Así se fabrican las placas de las calles madrileñas
Hay dos tipos: chapa de aluminio y cerámica. Se producen en una empresa de Aranjuez y después se trasladan para colocarlas en el centro de la capital y otras ciudades de España.
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Madrid, una ciudad llena de personalidad, está marcada por un símbolo característico que adorna sus calles: las placas de identificación urbana. Con un profundo azul oscuro, Pantone 2757 C, no solo señalan nombres de vías, sino que también cuentan la historia y el alma de la capital española.
En total, más de 60.000 placas adornan las calles madrileñas, cada una de ellas meticulosamente fabricada en la fábrica Api en Aranjuez. Aquí, bajo la dirección de Carlos Díaz, un proceso que combina la automatización y la artesanía manual da vida a estos símbolos urbanos. Desde el corte de la chapa de aluminio hasta el delicado trabajo de pintura y la aplicación del vinilo, cada etapa es crucial para asegurar su durabilidad y estética.
Existen dos modelos de placas: las cerámicas, utilizadas en el casco histórico, y las de chapa de aluminio en fondo azul, que podemos ver por toda la ciudad. El costo de cambiar una sola placa es de 100 euros, y no es una tarea rara. Más de 600 son reemplazadas cada año debido a robos, vandalismo o simple desgaste. Curiosamente, la placa más robada es la del paseo de John Lennon en el distrito de Retiro, un testimonio de la devoción de los fanáticos de The Beatles.
Proceso de fabricación
El proceso comienza con el corte de una chapa de aluminio según el tamaño necesario para cada calle. Luego, esta chapa se pliega y se coloca en las fachadas, antes de ser pintada de azul y luego de blanco utilizando una plantilla que incluye el nombre de la calle. Para finalizar, se aplica una capa de protección contra grafitis y agentes atmosféricos.
En cuanto a la normativa de colocación, estas placas nunca deben estar a menos de tres metros de altura, preferiblemente sobre la fachada de los edificios o sus vallados. Además, se ubican estratégicamente en lugares que permiten su visibilidad en el sentido del tráfico rodado, especialmente al comienzo y final de las vías.
Historia y curiosidades
La historia de estas placas se remonta a 1834, cuando se instaló la primera en la Puerta del Sol. Desde entonces, han evolucionado hasta las actuales, con letras blancas sobre un fondo azul oscuro y el escudo de la ciudad alineado en blanco, un diseño que ha perdurado desde comienzos del siglo XX. La última colocada es la que homenajea al gran periodista de esta casa, narrador de Tiempo de Juego y el director de El Partidazo de COPE, Pepe Domingo Castaño. El espacio dedicado a la memoria del periodista deportivo se encuentra ubicado en el barrio de Valdemarín, próximo al nudo de la M-40 con la A-6.
Cada año, el Ayuntamiento de Madrid fabrica alrededor de 370 placas nuevas y reemplaza más de 600 para mantener en buen estado las 61.174 señalizaciones que identifican las calles de la ciudad. Borja Carabante, consejero de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, dice que supervisa de cerca este proceso, asegurando que se ubiquen correctamente para garantizar su visibilidad en el tráfico rodado.
En la fábrica también se producen otros elementos de señalización, como los carteles de las carreteras. Destacando entre ellos, el cartel más grande de Madrid, con 130 metros cuadrados, ubicado en el Nudo Norte de la M-30. Este cartel, que señaliza la carretera de Colmenar y la avenida de la Ilustración, es más grande que la mayoría de las viviendas en la ciudad, una muestra del tamaño y la importancia de estas señalizaciones.