La falta de mano obra atiza a los oficios tradicionales

Cada vez hay más profesionales de toda la vida para las que resulta casi imposible encontrar empleados o un relevo generacional. Algunos ejemplos son carniceros o pescaderos en el sector de la alimentación; conductores de camión o de autobuses en el transporte; y en la construcción cuesta encontrar albañiles, fontaneros, trabajadores que pongan pladur.

"Se busca fontanero", o "Se necesita albañil", son anuncios cada vez más comunes en portales de búsqueda de empleo. Y es que, los oficios tradicionales necesitan trabajadores. Para que te hagas una idea, en el portal de empleo del Ministerio de Trabajo, hay publicadas más de 600 ofertas para electricistas, casi 190 carpinteros o 238 para fontaneros. Una de cada cuatro empresas, según datos de varios portales de empleo, no encuentra personal cualificado en estos oficios.

También hay excepciones

Todos estos datos son generales porque también hay excepciones. En el caso de Goyo lleva toda la vida trabajando como albañil, lo hace en Madrid y Guadalajara y empezó a los 16 años, junto a su tío. No tuvo una formación previa porque antes se aprendía directamente trabajando en la obra. Llegó a montar un negocio familiar con su hermano y ahora espera que uno de sus hijos le releve en su puesto cuando él se jubile. Le quedan como mucho siete años en la obra.

“Uno de mis hijos está con nosotros y lleva ya siete años, no quiso estudiar si no quiere estudiar, pues a trabajar, que es lo que hay que hacer. Esperemos que la empresa cuando nos jubilemos nosotros, que se la queden ellos”.

“Las casas hay que seguir haciéndolas”

Aunque el hijo de Goyo parece ser una de las excepciones, los jóvenes en general no están interesados en estos oficios y prefieren estudiar una carrera universitaria, aunque la Formación Profesional cada vez va ganando más alumnos. Cada vez hay menos carpinteros, mecánicos o soldadores porque se está jubilando y nadie está supliendo esas bajas.

Goyo explicaba en COPE que las plazas las están ocupando los extranjeros. “Tendrá que venir gente de fuera para seguir con los oficios y si no hay aquí pues tendrá que venir gente de fuera. El oficio, al final, tiene que seguir, las casas hay que seguir haciéndolas, no se van a hacer solas”. Además, la escasez de candidatos en estos oficios también afecta a otra amenaza: la pérdida de todos los conocimientos básicos que se iban transmitiendo de generación en generación.