La magia como terapia para pacientes con diálisis
El mago Ernesto Misterio, de la Fundación Abracadabra, acompaña a pacientes que tardan entre cuatro y cinco horas en recibir su tratamiento de diálisis
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Hay muchos estudios en los que se ha comprobado que la actitud, aunque no tenga un poder curativo directo, influye en la recuperación de un paciente. Esta es la razón por la que cada vez se tienen más en cuenta los tratamientos enfocados en el bienestar del enfermo. Un ejemplo son las terapias con animales, Arteterapia o los trucos de magia en los que, por mucho que lo intentemos, somos incapaces de averiguar cómo se hacen.
Esta magia ya es un elemento imprescindible entre los pacientes de pediatría y los que siguen un tratamiento de diálisis, aquellos que pasan entre cuatro y cinco horas en el Hospital Universitario Torrejón de Ardoz. La enfermedad de estos últimos hace que los riñones no funcionen correctamente y una máquina se encargue de realizar dicha función. Imagina, estar durante todo ese tiempo, tumbada en una habitación blanca, con otras cuatro personas, sin televisión y con el único sonido de las cicladoras. Sin embargo, el ánimo de los pacientes cambia cuando aparece el Mago Ernesto Misterio.
Los objetos que utiliza los saca de su chaqueta: Tres pelotas, cuerdas que se multiplican y cambian su tamaño y una baraja de cartas, creada desde cero por niños, que transforma en una baraja corriente. Todos los pacientes participan y ayudan al mago en cada uno de los trucos.
Las sesiones se realizan principalmente en las alas de pediatría, pero los magos de la Fundación Abracadabra, adaptan sus números para que los adultos puedan sentirse niños de nuevo.
Pero no solo los pacientes disfrutan de la magia, porque el personal sanitario también está muy pendiente de estas sesiones, ya que suponen un tiempo de descanso para aquellos que acompañan. "La magia no solo está en los trucos, sino en esa conexión que se forma entre pacientes y personal sanitario" cuenta Cristina Cuevas, supervisora de Enfermería de Diálisis.
Cada semana, por un rato, una hora, la magia consigue que los pacientes desconecten de su enfermedad, disfruten y socialicen.