Miriam, a punto de perder su negocio por las restricciones de movilidad
Tiene una furgoneta sin etiqueta para su empresa de limpieza. Ha perdido los clientes del centro de Madrid y teme que los pueda perder también en los demás municipios madrileños
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Miriam vive en Griñón y lleva 22 años con su empresa de limpieza. Hasta ahora daba servicio a muchas comunidades de vecinos del centro de Madrid con su furgoneta. Pero ésta es de gasolina, de 1994 y, aunque sólo tiene 180.000 kilómetros, lógicamernte, no tiene etiqueta mediambiental.
Miriam admite que estas restricciones de movilidad están poniendo en jaque a su negocio y lo que teme es que esto se extrapole también a los municipios madrileños que están obligados a implantar zonas de bajas emisiones, como ella misma nos ha contado a Cope. “A medida que vayan implantándolo en las ciudades de más de 50.000 habitantes, no podré dar el servicio ya que, aunque he intentado mirar para comprar otro vehículo, no me dan el préstamo y con mis condiciones económicas, no me lo puedo permitir”, reconoce.
Para Miriam el transporte público no es solución porque “aunque tuviera muchísima fuerza y pudiera cargar con una fregadora, una rotativa o una aspiradora industrial, tampoco me permiten subir con ellos al autobús, ni es de lógica subir con esa maquinaria”. Además que “los horarios no me vienen bien”.
A sus 46 años, confiesa que está pensando en cerrar el negocio. “No sé muy bien a qué profesión podría cambiar, pero me veo abocada al cierre si esto sigue así”. De hecho, Miriam no entiende que, “con la tecnología que hay, tiene que haber maneras de poder adaptar estos vehículos para que puedan seguir circulando y dando servicio, sobre todo, cuando hablamos de trabajos”, se lamenta. Porque “la salud y la no contaminación es muy importante pero comer y pagar las letras también”.
La Asociación de Vehículos Afectados por Restricciones Medioambientales calcula que hay actualmente 420.000 turismos afectados en toda la Comunidad de Madrid.