¿Qué van a hacer los MIR de Medicina Familiar?

Empezaron su residencia en 2019 y pocos meses después tuvieron que enfrentarse a una pandemia. Han sido cuatro años de mucho esfuerzo, muchas guardias y pocas horas de sueño. El 27 de mayo acaban su residencia en Medicina Familiar y Comunitaria en la Comunidad de Madrid y por delante un futuro que, no en todos los casos, pasa por quedarse en la región. A la mayoría les gustaría seguir en Madrid, pero la balanza, a veces, se inclina del lado de dejar el centro de salud en el que se han formado y la comunidad en la que han vivido los últimos años de su vida.

Marina: “Me quedo en la Comunidad de Madrid”

Su pasión por la medicina le viene desde siempre. Dudaba entre escoger Medicina Familiar o Medicina Interna. Lo que tenía claro es que quería una especialidad generalista que atendiera al paciente como un todo: “mi padre es médico de familia. Yo conocía en detalle la profesión, con sus pros y sus contras, y elegí a conciencia”. Marina destaca que una de las cosas buenas que tienen los centros de salud es que “te permiten atender al paciente en su entorno, con su familia (…). Si eres afortunado, puedes atender a un paciente durante toda su vida”. En su lugar de formación y trabajo ha aprendido a “gestionar el tiempo, a saber diferenciar la atención que necesita cada paciente, a discernir el que está grave del que viene por una cuestión burocrática”.

De momento se queda en Madrid, como suplente y miembro del equipo de paliativos de Atención Primaria en el centro de salud de Getafe donde se ha formado. Lo hace “en parte como agradecimiento a mis maestros, como un favor para que ellos puedan cogerse sus vacaciones, en respuesta a todo lo que me han enseñado” aunque no descarta, más adelante, cambiarse de comunidad autónoma y buscar “una atención primaria más pura, en un entorno rural”.

Almudena: “Han sido cuatro años de mucha exigencia”

Lo primero que va a hacer Almudena cuando acabe su formación como MIR en el centro de salud de Goya es “parar durante un mes o mes y medio y tomar perspectiva” porque los últimos cuatro años han sido muy duros, exigentes y sin apenas descanso. Después le gustaría poder quedarse en la Comunidad de Madrid con un contrato que le permita vivir en la región y sacar adelante su proyecto de vida. Sabe, por otros compañeros, que hay regiones en las que las condiciones son mejores que las que ofrece el gobierno regional madrileño. Por eso tomar la decisión adecuada no es fácil.

Cántabra de nacimiento, a Almudena le gustaría poder volver a su tierra en algún momento, pero “mi idea principal es quedarme en Madrid”. A veces -dice- se romantiza el discurso sobre la profesión, “se dice que es vocacional, pero el sistema no puede mantenerse y salir adelante a costa de un sobresfuerzo constante de los trabajadores”. “A mí me gusta la Atención Primaria y creo que hay que luchar por ella y apostar a futuro porque eso será beneficioso para todos (…). Es un privilegio poder tener un médico que te atienda durante muchos años”. Almudena considera que tienen que pelear “no solo como profesionales sino como futuros pacientes. Eso nos beneficiará a todos”.

Isabel: “Me voy a las urgencias hospitalarias”

Desde que empezó la residencia, Isabel percibió que la medicina de urgencias le gustaba. Para ella “es muy difícil y complejo pasar la consulta de Atención Primaria” además de que las condiciones laborales y económicas no son lo suficientemente atractivas. En sentido estricto “carecemos del tiempo adecuado para cada paciente, nuestra formación e investigación hay que hacerla en nuestro tiempo libre y tampoco tengo claro que haya una proyección laboral en el centro de salud”.

Con un contrato en las urgencias hospitalarias, Isabel no se plantea a corto plazo abandonar la Comunidad de Madrid aunque hay algunos factores que hacen muy difícil seguir ejerciendo la profesión médica en la región. Uno de ellos es “el precio de la vivienda. Hacer planes a largo plazo con el coste que tiene un alquiler en Madrid -ella es natural de Elda, Alicante- es prácticamente imposible”. De momento se queda porque tiene una salida profesional inmediata aunque las condiciones laborales que plantea el gobierno regional para los médicos de familia son, a su juicio, insuficientes. Quedan apenas unos días para que acabe su formación como MIR “y la mayoría de gente se está buscando su propia salida”.