Apertura del callejón del Repeso en San Lorenzo: así ha afectado la medida a comerciantes y vecinos

Hace unos días, de noche, estrenando iluminación procedente de las farolas y también del suelo recientemente remozado, quedaba abierto al público el callejón del Repeso.

Situado entre las calles del Rey y San Quintín, hasta hace unos meses era una parte más de la galería comercial del Mercado Municipal. Para poder recuperar este callejón, ubicado entre este edificio y el emblemático antiguo Cuartel de Inválidos y Voluntarios a Caballo -desde este verano sede permanente de la Universidad Complutense- ha sido necesario derribar la cubierta del Mercado, una estructura metálica instalada a mediados del siglo XX para aumentar la capacidad de la instalación, y eliminar los puestos allí situados.

En el lugar, una apertura más al espacio comercial similar a la que se encuentra en la calle Pozas. En estos poco más de quince días, los comerciantes ya han notado la medida.

Carlos tiene una carnicería que antes se encontraba en el centro del Mercado Municipal y ahora, tras la primera fase de rehabilitación y apertura del callejón, queda en plena entrada. "Poder ver la luz es algo que destacaría", cuenta a COPE de la SIERRA. Además, asegura que estos días se percibe más afluencia a un Mercado que poco a poco se había ido apagando.

Alberto tiene una frutería, también en la parte central del Mercado. Dice sentirse "contento" por una remodelación que consideraba "absolutamente necesaria".

Ahora los propietarios de puestos piensan en los siguientes pasos para la remodelación de este centro de abastos para convertirlo en un modelo mixto, incluyendo hostelería, como ya sucede en los madrileños mercados de La Paz, La Cebada, San Miguel o San Antón.

Vuelta a la infancia

La unanimidad entre los vecinos es total. Pero son los mayores de San Lorenzo de El Escorial los que más han disfrutado de la apertura del callejón del Repeso.

"Lo conocí abierto hace 60 años", nos cuenta con nostalgia Enrique, que sale de hacer una pequeña compra matutina en el Mercado. Dice que esta apertura le devuelve a su niñez. Hostelero de toda la vida en el Real Sitio, Enrique observa algunos hierros que han quedado tanto en la pared del Mercado como en el muro del hasta ahora colindante Cuartel de Inválidos. Nos habla de lo necesario de la revitalización y lo que él considera más necesario aún. "Que dentro se pongan manos a la obra con renovaciones del espacio para devolver el esplendor al Mercado, que vuelva a ser una referencia en la Sierra como lo fue durante muchos años".