La Comunidad de Madrid controla la procesionaria, que se extiende por 65.000 hectáreas de pinar

Está usando, entre otras técnicas, trampeo con feromonas contra esta oruga que ha incrementado su población en los últimos años debido al cambio climático

Procesionaria del pino

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

6 min lectura

Estos días hay que tener mucho cuidado si paseas por zonas con pinos, ya que hay mucha procesionaria. Cualquier contacto con estas orugas o simplemente con los restos que dejan a su paso puede provocar una fuerte reacción alérgica.

Desde 2015 se ha podido observar un incremento de su población en varias áreas de la región, debido principalmente a unas condiciones meteorológicas más cálidas y secas durante el otoño y el invierno, que les son muy favorables. Mientras hace 40 años era muy difícil encontrar colonias de procesionaria por encima de los 1.000-1.500 metros de altitud, ahora se ha detectado su presencia en cualquier cota de la región donde haya masas de pinar.

Es por ello que la Comunidad de Madrid está controlando de manera específica el estado poblacional de la oruga procesionaria del pino, revisando los 570 rodales establecidos por los técnicos de la Dirección General de Biodiversidad y Recursos Naturales de la Consejería de Medio Ambiente que, junto a los Agentes Forestales, controla las 65.000 hectáreas de pinar de la región.

Ambos cuerpos profesionales realizan un seguimiento y acometen actuaciones contra la procesionaria durante todo el año, aunque es en esta época cuando se intensifican las labores para tener una fotografía fija y completa de las zonas más afectadas a principios de abril para poder atajarlas.

En un primer paso, son los agentes forestales quienes se encargan de rellenar los formularios para estimar la situación de este insecto en cada zona delimitada. A continuación, los técnicos de Medio Ambiente analizan los resultados recogidos y determinan el tipo de actuación a realizar.

La Comunidad de Madrid utiliza técnicas naturales y respetuosas con el medio ambiente para su eliminación sobre los parámetros de una normativa que establece un marco de actuación para conseguir un uso sostenible de los productos fitosanitarios, promoviendo la gestión integrada de plagas con técnicas alternativas, así como como el uso de medios de control no químicos.

La mayoría de las actuaciones que realizan los técnicos se basan en la colocación de trampas de feromonas para capturar a los machos adultos y evitar que las hembras queden fecundadas. También se han reforzado métodos de control para fomentar la presencia de los depredadores naturales de las orugas, como las aves insectívoras y los murciélagos, en las zonas donde suelen encontrarse.

Cuando las poblaciones son más altas y no ha sido posible mantenerlas en unos niveles de equilibrio con la realización de las técnicas anteriores, se evalúa la necesidad de utilizar insecticidas. Si se trata de zonas pequeñas, con amplio uso recreativo y en las proximidades de zonas sensibles, como cercanía a cascos urbanos o centros educativos, se recurre a la técnica de la endoterapia. Este sistema consiste en inyectar pequeñas cantidades de insecticidas mediante perforaciones en el tronco. El líquido se esparce por todo el árbol y se acumula en las hojas de los pinos, la zona que atacan estas orugas, consiguiendo así evitar que los dañen.

En el caso de zonas más grandes, se recurre a la aplicación de insecticidas biológicos mediante pulverización con un cañón atomizador montado sobre un vehículo todoterreno.

La plaga en la Ladera de Matarrubia de Moralzarzal

Desde el año 2017 se está realizando una campaña de vigilancia y control de la plaga de la oruga procesionaria en la Ladera de Matarrubia y parques públicos del casco urbano de Moralzarzal.

Una de las actuaciones que se realizan desde ese año es la instalación de trampas con feromonas en diferentes puntos. Su objetivo es conocer los puntos de mayor incidencia, además de tratar de disminuir el número de orugas.

Trampa de feromonas para la procesionaria /Foto: Comunidad de Madrid

Trampa de feromonas para la procesionaria /Foto: Comunidad de Madrid

Teniendo en cuenta que, por cada mariposa, nacen unas 200 orugas, con los atrapamientos se están produciendo unas 200.000 orugas menos. Pero este dato es muy relativo y supone un porcentaje muy pequeño sobre el total. Las orugas de la procesionaria forman parte del hábitat de los pinares y hay que convivir con ellas.

Sin embargo, sí se pueden realizar medidas de control y disminución para evitar que la plaga afecte gravemente al bosque. Algunas de las que se han realizado en la Ladera de Matarrubia son la disminución de la densidad del pinar, mediante la eliminación selectiva de ejemplares; repoblación forestal con otras especies autóctonas de la zona para generar un bosque mixto más resistente e instalación de más de 300 cajas-nido para especies de avifauna y murciélagos que se alimentan de las orugas.

Además, se han colocado carteles informativos en todos los accesos al monte para alertar a los vecinos de la presencia de la procesionaria.

Este año, debido a las inversiones que ha habido que realizar desde la Comunidad de Madrid por la tormenta Filomena no se ha podido realizar el tratamiento biológico de pistas y caminos.

Respecto al pinar, los estudios indican que, a pesar de las defoliaciones tan espectaculares que se observan, los ejemplares suelen recuperarse durante la primavera, como ha venido ocurriendo en años anteriores. Las causas por las que esta plaga es tan invasiva en la Ladera de Matarrubia pueden deberse a la orientación de solana, favorable para el crecimiento de la oruga, así como el tipo de pino y su elevada densidad.

A pesar de los esfuerzos que se están realizando en los últimos 5 años, la plaga tiene un comportamiento cíclico y parece que es necesario tomar nuevas medidas.

El período de mayor actividad se produce a lo largo del mes de marzo y abril. Por ello, en estas fechas se deberán tener en cuenta recomendaciones como no llevar mascotas durante este periodo a la Ladera de Matarrubia, extremar las precauciones con niños o personas alérgicas, no pisar las orugas, no tocar los bolsones que se hayan podido desprender de las ramas y, en días de viento, abstenerse de transitar por esta zona.

Desde el Ayuntamiento, además, aconsejan a los propietarios de viviendas privadas en el casco urbano con presencia de pinos que vigilen y retiren los bolsones se puedan generar para evitar molestias.

Cajas-nido para murciélagos en Torrelodones

Medio centenar de cajas-nido está instalando la concejalía de Medio Ambiente de Torrelodones en diversos puntos de la localidad a fin de proporcionar a los murciélagos un refugio frente a los depredadores y la meteorología, aportándoles un lugar donde proteger y cuidar de sus crías.

A pesar de la "mala prensa" que tiene esta especie, sobre todo a raíz del coronavirus -con cuyo origen se le ha asociado-, los murciélagos son una parte importante del ecosistema. Son principalmente insectívoros y constituyen un elemento clave para garantizar el control natural de plagas forestales como la procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa) además de otros insectos voladores como los mosquitos.

Desde el Ayuntamiento recuerdan a los vecinos que la destrucción de estas cajas-nido está penalizada.

Cajas-nido para murciélagos en Torrelodones

Cajas-nido para murciélagos en Torrelodones

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