Elena Andradas, directora general de Salud Pública: "No podemos normalizar el consumo de cannabis"
La Comunidad de Madrid lanza la campaña "No a las drogas" para concienciar a la población, especialmente a los jóvenes, sobre el daño que provoca el uso de estas sustancias

Detalle del cartel de la campaña "No a las drogas" /Comunidad de Madrid
Madrid - Publicado el - Actualizado
3 min lectura
La Comunidad de Madrid ha lanzado la campaña informativa "No a las drogas" para concienciar a la población, y especialmente a los jóvenes, sobre el daño que provoca el consumo de estas sustancias.
Se difundirá hasta mediados del mes de noviembre en medios de comunicación, redes sociales y en los Intercambiadores de Transporte Público.
La campaña consta de un vídeo, en el que metafóricamente se muestra el poder de las drogas para atrapar a un consumidor joven. Además, un cartel sugiere la fuerza que estas sustancias ejercen sobre la voluntad del individuo, atrapan y destruyen.
El objetivo de esta acción de la Consejería de Sanidad es recordar a la población, con imágenes que captan la atención, y de manera más directa a los jóvenes, el poder que ejercen las drogas, generando dependencia, anulando la capacidad de decisión y, en muchos casos, destruyendo su vida y la de su entorno.
Según los datos de los que dispone la Dirección General de Salud Pública, se observa que las generaciones más jóvenes se inician antes en el consumo de sustancias que generan adicción, así como un incremento de la ingesta actual de hipnosedantes y analgésicos opioides, especialmente entre las mujeres en torno a los 30 años, por prescripción o por autoprescripción.
La Encuesta Domiciliaria sobre Alcohol y Drogas en España, en la que participa la Comunidad de Madrid, señala que el consumo de drogas ilegales se asocia a las edades más jóvenes. De hecho, se presenta un importante patrón de policonsumo, ya que el 42% de los encuestados había tomado más de una sustancia en el último año.
El cannabis es la droga ilegal más consumida y provoca demostrados efectos negativos en la salud, tanto a corto como a largo plazo. Se asocia a episodios de ansiedad, síndromes psicóticos, mayor riesgo de depresión y esquizofrenia, así como a problemas respiratorios y vasculares. Entre los menores, la edad de inicio en su consumo se sitúa en los 14,8 años. Según las encuestas, el 27,8% lo ha tomado alguna vez en su vida y el 14,5% en el último mes.
De hecho, en los centros de atención a adicciones, las personas con problemas por cannabis son una proporción creciente de las demandas de asistencia, alcanzando cifras superiores al 95% en el caso de menores de edad.
"No podemos normalizar el uso y el consumo de cannabis", aseguraba durante la presentación de la campaña la directora general de Salud Pública, Elena Andradas, quien ha explicado que esta sustancia tiene un efecto directo sobre el sistema nervioso, genera dependencia, facilita la adicción a otras drogas o adicciones sin sustancia o comportamentales, lo que lleva a poliadicciones que son más complejas de tratar.
Andradas ha explicado que en los jóvenes se observa el inicio del consumo de drogas a los 14,8 años, igual que el comienzo del "uso más frecuente" y "una cierta dependencia" de la utilización de medios como internet, redes sociales o juegos de azar, que se está incrementando en los últimos años.
Precisamente la Consejería de Sanidad está desarrollando el Plan de Salud Mental y Adicciones 2022-2024, con 45 millones de euros de presupuesto, donde se desarrollan diferentes líneas asistenciales, con una específica para la prevención de adicciones.
Además de promover la campaña de sensibilización, la Consejería de Sanidad desarrolla intervenciones en diferentes ámbitos, como el entorno educativo, para trabajar directamente con los docentes, con los alumnos y con las familias para informarles y formarlos en habilidades que permitan identificar las señales del inicio y cómo frenarlo.
Al mismo tiempo, trabaja con los ayuntamientos para ofrecerles programas, talleres y jornadas para hacer una oferta de recursos de ocio a los jóvenes para "engancharlos" a las actividades físicas, la música o el cine con el fin de ofrecerles alternativas al consumo de drogas o a las adicciones comportamentales.