"Que nadie tenga miedo, la vida es mucho mejor": Carolina habla de su implante coclear a los 17 años
Con motivo del Día Mundial del Implante Coclear conocemos la historia de esta vecina de San Lorenzo de El Escorial, que ha superado sus problemas de audición con este dispositivo
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Carolina se dio cuenta hace poco de que "cuando pones los cubiertos en la mesa, suenan". Cuando Mónica cuenta esto a COPE de la SIERRA, su hija asiente y ríe. Ahora es mucho más feliz de lo que ya era antes. Esta madre, y su marido, y sus otros dos hijos, hermanos de Carolina, se acostumbraron muy pronto a tener que hablar siempre de frente a la pequeña de los tres. Ella tuvo muy pronto que aprender a leer los labios.
La escucha normal es de un tope de 120 decibelios. La conversación a tono normal es de 0 decibelios. Carolina nació con una escucha de 40 decibelios por debajo de lo común en su oído derecho, es decir, que oía en 10 decibelios lo que nosotros tenemos por normal. Ahora, es casi sencillo de demostrar: baja el volumen de tus auriculares a la quinta parte con la canción que sea... esa era su vida.
Y la cosa fue incluso a peor porque su índice auditivo fue perdiendo y perdiendo hasta llegar a cero. Fue en ese momento cuando en el Hospital de La Paz le dijeron que no dejara de llevar audífono porque el músculo del oído no debía acostumbrarse a no recibir sonido. Y surgió entonces la posibilidad del implante coclear.
"Tuve miedo, mucho miedo" dice Carolina. "Al final es pasar por una operación". Duró tres horas y media y la hizo llorar en el quirófano. Para su familia el tiempo de espera se hizo larguísimo, aunque todos tenían claro que era para mejor.
Camino complejo
Un implante coclear consta de dos partes fundamentales: una externa donde está el procesador que recoge la señal sonora para procesarla y la parte interna en la que se encuentra el receptor que recibe esa señal y la transmite a la vía auditiva a través de los electrodos, consiguiendo que se produzca una sensación sonora en la corteza cerebral auditiva. La implantación es un proceso terapéutico complejo en el que intervienen profesionales de distintas especialidades.
El procedimiento comienza con un estudio audiológico del paciente para comprobar que el daño auditivo está en la cóclea y que este paciente tiene un beneficio muy limitado o nulo con el aparato auditivo, con la intervención del otorrinolaringólogo, así como los neurofisiólogos y el personal de enfermería.
A continuación, se requiere una valoración por el médico rehabilitador y el logopeda, y se realizará un TAC y resonancia magnética que permitirán ver la anatomía del oído y la viabilidad del implante. En algunos casos es necesaria la valoración neurológica y psiquiátrica del paciente y una vez recogida toda esta información se lleva a cabo la cirugía de implantación por el equipo de otorrinolaringología.
14 especialistas en total trataron a Carolina. 14 especialistas médicos y no médicos. El implante coclear está cubierto por la Sanidad pública en casos como el suyo.
"La parte más dura es el examen que pasamos los padres por parte de un técnico social", dice Mónica. Adquieren un compromiso firmado por el que deben llevar a sus hijos a las sesiones de rehabilitación que sean necesarias para el buen uso del implante. Porque este implante es así: supone volver a oír, volver a oír de otra forma y volver a oír por un lugar que no es la oreja. O sea, mucho entrenamiento.
"Aluciné el día que me pusieron la parte externa del implante", cuenta Carolina con una sonrisa que hace feliz a cualquiera. Hasta ese momento tenía que ponerse en primera fila de su clase y ahora puede ponerse en cualquier lugar. Esto también ha tenido su efecto social porque cuando estaba con su grupo de amigos solo podía fijarse en una persona que hablaba y ahora puede estar a todo lo que se diga.
Para su familia, este paso ha supuesto también una tranquilidad puesto que ahora puede cruzar la calle con seguridad al poder escuchar los coches que llegan.
"Ha sido un cambio increíble", señala Mónica, que habla también de que el caso de su hija es "de estudio médico".
Rápido avance
La rehabilitación puede tardar hasta dos años, con dos días por semana de sesión. Lejos de ello, los médicos prediagnosticaron a Carolina que su recuperación sería "en unos ocho meses" pero no hizo falta ni la mitad de la mitad: en apenas un mes y medio, la joven de San Lorenzo de El Escorial ya hacía vida normal acostumbrada a su nuevo oído.
Carolina no duda en mandar un
todas aquellas
l
. "Que no lo duden porque te cambia la vida. Que nadie tenga miedo, la vida es mucho mejor", dice con su enorme sonrisa y unos ojos azules que delatan la felicidad de una luchadora de 17 años.