El barrio de Madrid que intentó independizarse de España a través de un referéndum: tuvieron que irse a Cuba y ya no existe

Este barrio llegó a tener bandera propia y muchos medios se hicieron eco internacionalmente

Foto del barrio de Cerro Belmonte

Foto del barrio de Cerro Belmonte

Luis Calabor

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

España es un país con una larga historia de tensiones territoriales, desde los grandes movimientos soberanistas hasta gestos simbólicos de pequeños pueblos. Pero hay historias que superan cualquier ficción. 

A principios de los años 90, un barrio humilde de Madrid decidió declararse independiente del Estado español a través de un referéndum vecinal. Sus habitantes llegaron incluso a pedir asilo político en Cuba y viajaron a La Habana para explicar su causa a Fidel Castro. Esta es la historia, tan real como increíble, del llamado "Reino de Belmonte".

La historia de Cerro Belmonte empieza por una expropiación

La historia de Cerro Belmonte empieza por una expropiación

EL INICIO DE LA HISTORIA DE CERRO BELMONTE: UNA EXPROPIACIÓN

Todo comienza en el verano de 1990, cuando los vecinos de Cerro Belmonte —actualmente integrado en Valdezarza— reciben una noticia inesperada. El Ayuntamiento de Madrid ha puesto en marcha un ambicioso plan urbanístico para “regenerar” la zona, que incluye la expropiación forzosa de sus viviendas. La compensación ofrecida: 5.018 pesetas por metro cuadrado. Una cantidad irrisoria teniendo en cuenta que, en ese momento, el precio real del suelo se movía por encima de las 200.000 pesetas.  

Las casas, muchas de ellas construidas por los propios abuelos y padres de los vecinos, eran sencillas, pero eran su hogar. La oferta no solo era injusta; era una amenaza directa al corazón de su comunidad.  

La decisión del alcalde Rodríguez Sahagún provocó indignación en el barrio

Lo que en otro barrio podría haber terminado con resignación, en Cerro Belmonte se convierte en un movimiento de resistencia. Comienzan las protestas: encierros en parroquias, manifestaciones frente a la casa del entonces alcalde Agustín Rodríguez Sahagún, y hasta huelgas de hambre. La situación escala hasta tal punto que los vecinos buscan apoyo internacional.  

LLEGARON A VIAJAR A CUBA... PARA LUEGO HACER UN REFERÉNDUM

¿Su destino? Cuba. La abogada que representa al barrio viaja a La Habana para entrevistarse con Fidel Castro y trasladarle la situación. El líder cubano escucha, comprende y, en un gesto que hace historia, invita a varios vecinos a visitar la isla con todos los gastos pagados. La noticia da la vuelta al mundo. Medios como ABC, la BBC o Der Spiegel se hacen eco del conflicto.  

Esto llegó al punto en el que viajaron a Cuba a conocer a Fidel Castro

ABC

Esto llegó al punto en el que viajaron a Cuba a conocer a Fidel Castro

El momento clave llega el 5 de septiembre de 1990. Harto de esperar soluciones, el vecindario organiza su propio referéndum. La pregunta es clara: ¿quiere usted que Cerro Belmonte se declare independiente de Madrid? El resultado no deja lugar a dudas: 214 votos a favor, 2 en contra.  

Ese mismo día, nace el Reino de Belmonte. Los vecinos redactan una Constitución en la que el primer artículo proclama que el nuevo estado se regirá por la justicia, la igualdad, el pluralismo político... y la felicidad. Deciden abolir la expropiación y declarar su territorio como una comunidad soberana compuesta por Belmonte, la calle Villaamil y Peña Chica. Incluso fuera de España.

LA BANDERA DEL "REINO DE BELMONTE"

Incluso llegan a diseñar su propia bandera: tres franjas blancas y rojas, con una estrella central tomada —según sus autores— de la bandera de la Comunidad de Madrid. También acuñan su moneda, el belmonteño, cuyo valor equivale exactamente a las 5.018 pesetas por metro cuadrado que les ofrecía el Ayuntamiento.  

La bandera de Cerro Belmonte

La bandera de Cerro Belmonte

El ambiente en Cerro Belmonte durante esos días es de euforia, resistencia y creatividad. Juan Carlos Parra, vocalista del grupo punk Kaduka 92, compone el himno del nuevo “estado”: “Queremos pan, queremos vino, queremos al alcalde colgado de un pino”. Una provocación directa a las autoridades, pero también una muestra del espíritu combativo de este barrio obrero.  

Durante una semana, Cerro Belmonte vive como si fuera un país independiente. Su lucha, aunque simbólica, logra poner en jaque al Consistorio madrileño, que finalmente decide frenar el proceso de expropiación.  

La independencia de Cerro Belmonte dura apenas siete días, pero su impacto es profundo. La movilización vecinal consigue lo que parecía imposible: anular las expropiaciones y forzar una renegociación. Años después, los vecinos son realojados en viviendas cercanas, en bloques de ladrillo naranja que sustituyen las casas blancas de antaño, pero sin perder su esencia combativa.  

Hoy, el nombre de Cerro Belmonte ha desaparecido de los mapas, pero su historia resiste en la memoria de quienes la vivieron. Fue un pequeño barrio madrileño el que demostró que, cuando una comunidad se une por una causa justa, puede desafiar incluso al poder político de una capital.  

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