Cerámica y agricultura con objetivo común: el ITC trabaja en el reaprovechamiento de desperdicios de frutas

Dentro del trabajo que realiza el Instituto de Tecnología Cerámica por impulsar la conexión entre sectores y el aprovechamiento máximo de recursos para impulsar la economía circular, se trabaja en cuestiones innovadoras como por ejemplo el aportar nuevos ingredientes más sostenibles a una tecnología como la impresión inkjet.

Y en este caso, ha surgido un proyecto, llamado DÉLICE, donde a partir de esta intención se ha empezado a trabajar con un ingrediente que normalmente no vemos en los mercados. Porque la agricultura normalmente se deshace sin más de los restos de fruta, pero ahora podrían tener una segunda vida. Carmen Moreda, investigadora de la Unidad de Impresión Digital Avanzada del ITC, nos da más detalles: "Queríamos encontrar alternativas sostenibles para el campo de impresión pero teniendo en cuenta la valorización de estos productos naturales y combinado con la economía circular. Es decir, queríamos hacer unas tintas comestibles más ecológicas, porque actualmente se usa productos sintéticos".

Ya vemos el planteamiento inicial. Pero surge la duda: ¿cómo se incluye el producto orgánico en algo en teoría mineral como la tinta? Pues ahí llega la opción en un tipo específico: la comestible: "Lo que queremos es que las en las tintas se cambien elementos petroquímicos y sintéticos por otros naturales salidos de frutas y verduras".

Y así se ha iniciado este DÉLICE, un proyecto en el que ya se está trabajando con restos de desperdicio de naranjas y mandarinas. Para ello, desde el ITC, ya se está trabajando con empresas del sector: "El contacto y colaboración es fundamental para el proyecto. Actualmente estamos trabajando con cáscaras de naranja pero cualquier producto no apto para el mercado lo queremos aprovechar para hacer este tipo de tintas".

Una conexión que de momento se centra en una empresa pero que, como nos explica Moreda, está abierta a crecer con el tiempo: "De momento trabajamos con empresas de la Comunitat, concretamente una empresa de cáscaras de naranja de Valencia".

Pero hablamos de un proyecto con visión multisectorial. Ya está involucrado el hortofrutícola como suministrador de material, el azulejero como investigador, pero faltan los beneficiarios del mismo. Y ahí, la puerta se amplía considerablemente: "Aparte del hortofrutícola, que se puede beneficiar diversificando sus líneas de negocio; también será el de la tecnología inkjet igual que la industria química. Y por supuesto al medio ambiente".

De momento, DÉLICE sigue con sus labores investigadoras, para la que se ha propuesto un calendario activo de 2 años, por lo que se espera que en 2026 ya se puedan presentar los resultados: "El proyecto está en una fase inicial de pruebas, donde la UJI está extrayendo estos ingredientes naturales. En 2025 y 2026 la idea es perfeccionar esa extracción para que las tintas sean igual o mejores".

Lo que nos deja claro Carmen Moreda para finalizar, es que este inicio, en caso que resulte positivo, puede suponer la apertura a un proyecto más amplio. Y es que ven desde el ITC que la opción de usar otras frutas y verduras para realizar este tipo de tinta es amplio: "La idea es extraer de col lombarda, zanahoria, bayas... de cualquier cosa que seamos capaces de extraer materiales para incluir en estas tintas".