Joaquín Ferrándiz ya está en libertad tras cumplir una condena de 25 años de prisión

Joaquín Ferrándiz Ventura ya es un hombre libre desde este sábado, cuando en torno a las 9:00 horas ha abandonado el centro penitenciario de Herrera de la Mancha, donde ha cumplido una pena de 25 años por cada uno de los cinco asesinatos que cometió a mediados de 1990, de un total de más de 60 años a los que fue condenado, ya que la legislación española es la máxima pena que permite cumplir.

Ferrándiz ha salido de la prisión con gorra, gafas de sol y mascarilla con tal de no ser reconocido y ha expresado su deseo de no volver a Castellón, donde vivía y cometió los crímenes, e incluso marcharse al extranjero. Posteriormente se ha subido a un taxi con tal de abandonar el lugar en el que ha permanecido encerrado buena parte de su vida.

El asesino en serie de Castellón creó pánico y temor, especialmente entre las mujeres, con los cinco asesinatos que cometió, además de agredir sexualmente y esconder los cadáveres de sus víctimas: Sonia Rubio, Mercedes Vélez, Francisca Salas, Natalia Archelós y Amelia Sandra García.

La Guardia Civil pudo detenerle después de cometer otra violación, aunque la mujer pudo escapar y cuando trataba de atacar a otra mujer. Fue entonces cuando el operativo que ya seguía sus movimientos accedió al piso en el que residía junto a su madre en la calle Ceramista Godofredo Buenosaires de Castellón de la Plana.

"No es un psicópata"

El director de 'La Linterna', Ángel Expósito, ha contado con la decana del Colegio de Criminólogos de Madrid y licenciada en Derecho, Carmen Balfagón, quien pudo entrevistar a Ferrándiz como parte de un estudio de la Universidad Camino José Cela. "Creo que no es un psicópata, es una persona con rasgos psicopáticos. Creo que la motivación, cada vez que mataba, era a la novia que lo había dejado, esa es mi teoría", comenzaba. Ha insistido en que "bajo ningún concepto" es un enfermo mental porque en todo momento sabía lo que estaba haciendo.

Entre las cosas que le desveló el asesino de Castellón, lo que más le ha llamado la atención es que él no recordaba las caras de las víctimas, reforzando su teoría de que veía a su antigua pareja. "Él quería vengarse de la persona que más daño le había hecho, no lo había podido hacer en ella", decía Balfagón.

"Qué se ha hecho con él en prisión"

Ha denunciado que "cuando tienes a un tío 25 años en la cárcel es para algo más", no solo para mantenerle o se forme, como en el caso de Ferrándiz. La función que deberían tener este tiempo es la reinserción de la persona y "que sirva de estudio" para entender este tipo de perfiles. "Es muy importante saber qué se ha hecho con él en prisión", apuntaba.