Una valenciana que hace el Camino de Santiago toma una decisión con su ropa y se arrepiente: "En Galicia"
Algo a lo que se tienen que acostumbrar aquellos que deciden emprender la ruta del santo es al tiempo que se encuentran en las diferentes tierras por las que transcurre
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Uno decide que va a hacer el Camino de Santiago de repente. En un momento dado, sin grandes ceremonias ni solemnidades, esa idea que llevaba desde siempre orbitando nuestros pensamientos se materializa. Pero este reto vital tiene muchas dificultades como esta que afronta con su ropa una joven valenciana poco acostumbrada al tiempo de Galicia.
Hacer el Camino de Santiago es una experiencia vital en la que se pone a prueba el cuerpo y la mente. Pese a eso y en contra de lo que en ocasiones hayas podido leer, esta no tiene por qué ser sinónimo de sufrimiento o al menos de un sufrimiento innecesario si sigues algunos consejos.
Por ejemplo, muchos peregrinos que no han pisado nunca la ruta jacobea temen perderse en el trayecto. Lo cierto es que orientarse en el Camino de Santiago es bastante sencillo, incluso para los principiantes. Es poco habitual, perderse. Solo hay que seguir las flechas amarillas.
Las rutas más populares son el Camino Francés, el Camino del Norte y la Vía de la Plata. En los últimos años, han tomado gran auge también el resto de itinerarios jacobeos peninsulares que facilitan el acercamiento al mito jacobeo desde la mayor parte de las regiones españolas por el Camino del Sureste, el Camino Primitivo, el Camino de Madrid, el Camino Portugués o la Ruta Sanabresa.
Camino de Santiago
Para evitar que la espalda se cargue innecesariamente, es importante que la mochila tenga unas buenas correas de hombros ergonómicas, acolchadas y ajustables; y cinturones ajustables, tanto para el pecho como para la cintura. Esto permite repartir bien las cargas e ir jugando con ellas.
En cuanto al peso que deberíamos cargar, se suele recomendar un 10% de nuestro peso corporal. Lo normal es que con una mochila de montaña de 25 litros tengas suficiente. Lo que hay que meter es exactamente la mitad de la mitad de lo que tenías previsto llevar. Si la llenas y vas quitando cosas innecesarias, conseguirás lo ideal.
En esta carga se incluye, por ejemplo, un pantalón corto y uno largo; ropa interior, la mínima, de quita y pon, porque se puede lavar por la noche; tres camisetas, una para dormir y dos de quita y pon; un forro polar ligero, un saco ligero, y tres pares de calcetines. En invierno necesitarás más.
En cualquier caso, no vas al Sáhara, si durante el viaje echas en falta algo, siempre puedes adquirirlo en cualquier pueblo. Así, además, colaboras con el comercio local. Por lo que si te preguntas cómo vas a lograr acabar con tan poco equipaje como recomiendan, la realidad es que es la forma de hacerlo cómodo.
"En Galicia"
Debes tener en cuenta también que la ropa se puede lavar por la noche. En la gran mayoría de los albergues ya se han incluido las lavadoras e incluso secadoras como parte del negocio, además de como servicio para los peregrinos. También puedes llevarla secando en la mochila durante la ruta del día siguiente. Esta usuaria de TikTok no tomó esa decisión y se arrepiente.
La higiene y el aseo personal es muy importante y no podemos descuidarla, tanto por nuestro propio bienestar como por el de los que nos acompañan durante el camino o dentro del albergue. Vamos a pasar muchas horas ejercitando nuestro cuerpo, por lo que tras finalizar cada etapa llegaremos al albergue cansados, sudados y posiblemente malolientes.