El año más difícil para Gabriel

A sus 32 años, Gabriel Paulista no lo está pasando bien. Desde su llegada a València en 2017 ha disputado casi 200 partidos oficiales (lleva 194), es el segundo jugador nacido en Brasil en número de choques como che (sólo superado por el mítico Waldo Machado) y los once titulares salían cantados con él como miembro del eje de la zaga.

Pero la cosa ha cambiado. Esta temporada 2022-23 está siendo distinta para él en todos los sentidos. Ha pasado a ser el cuarto central en minutos disputados (acumula 1.446), por detrás de Mouctar Diakhaby (1.861), de Eray Cömert (1.738) y de Cenk Ozkayar (1.483), y únicamente ha participado en tres de los últimos 13 partidos del equipo. De hecho, su titularidad en el Martínez Valero de Elche rompió una dinámica que duraba casi dos meses. Desde el 26 de febrero frente a la Real Sociedad (jugó 45 minutos) no saltaba al césped.

Durante esta campaña se ha perdido seis partidos por lesión en tres momentos diferentes, dos por sanción (vio la roja directa por entrada dura a Vinicius) y en nueve partidos se ha quedado en el banquillo sin llegar a jugar. Nunca antes, desde que es valencianista, había vivido algo así. Es más, en las cinco anteriores temporadas fue suplente un total de 11 veces.

Paulista cuenta con la condición de ciudadano español desde diciembre de 2020 y renovó su contrato con el Valencia CF el 22 de enero de 2021, hasta el verano de 2024. Es decir le queda aún una temporada completa como futbolista che. El defensa central costó 11 millones de euros, procedente del Arsenal londinense y se le fijó entonces una cláusula de rescisión de 80 millones de euros. Hace meses se llegó a contemplar la posibilidad de que pudiera acudir a alguna convocatoria de la selección española, pero nunca llegó a concretarse.