VALENCIA BASKET

¿Cómo vive el Valencia Basket su incierto futuro en la Euroliga?

Bodiroga, presidente, y Montiejunas, director general, seguirán 4 años más dirigiendo la Euroliga, algo bien visto desde la Fonteta. Abril mes clave en el futuro europeo taronja

¿Cómo vive el Valencia Basket su incierto futuro en la Euroliga?

Fermín Rodríguez

Valencia - Publicado el - Actualizado

6 min lectura

La directiva de la ECA, los dueños de la Euroliga, anunció el jueves la continuidad de su presidente, Dejan Bodiroga, y de su director general, Paulius Montiejunas, decisión tomada por unanimidad. En los despachos de L'Alqueria del Basket fue una resolución bien acogida. Valencia Basket aún no sabe si seguirá en la máxima competición continental o tendrá que conformarse con la Eurocup, pero Enric Carbonell, el director general taronja, lleva muchos meses picando piedra con el serbio y el lituano. Nuevas caras hubiera supuesto una especie de volver a empezar.

Montiejunas, CEO, y Bodiroga, presidente, han sido reelegidos en sus cargos en la Euroliga

Montiejunas, CEO, y Bodiroga, presidente, han sido reelegidos en sus cargos en la Euroliga

No tiene un trabajo sencillo Carbonell, porque la Euroliga tiene muchos frentes abiertos (la entrada del dinero dubaití, la relación con la FIBA y las plazas por invitación, entre otros) y muchos escollos para ganarse un sitio que por proyecto merece. Pero cuando se conformó la competición, Valencia Basket no tenía la fuerza de ahora y eso le ha condenado a estar siempre a expensas de las decisiones de los 13 clubes propietarios (Barça, Madrid, Baskonia, Zalgiris, Olimpia Milano, Maccabi, Asvel, Anadolu Efes, Fenerbahçe, Panathinaikos, Olympiacos, Bayern y CSKA), con los intereses de cada uno de ellos que siempre ven la incorporación de un nuevo socio como una reducción del pastel a repartir, por pequeño que sea.

El Valencia Basket, que este año juega en calidad de invitado pagando un cánon de 500 mil euros más los arbitrajes, en torno a 250 mil más, busca una estabilidad en la competición, pero con ciertas garantías, algo que choca a veces con los intereses de alguno de los socios, que ven el potencial valenciano con desconfianza en vez de como una oportunidad de mejorar el prestigio y el atractivo del proyecto. La solvencia económica, el nuevo Roig Arena, la ciudad, las comunicaciones... lo que para la Euroliga debería de ser una ventaja, para alguno de los clubes no lo es.

La Euroliga es la competición baloncestística más apasionante fuera de la NBA

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Este año ASVEL y Alba Berlín no están dando el nivel, algo que a los socios les ha preocupado y molestado. Los franceses son socios y están protegidos. En cambio, los alemanes, con una ciudad tan cosmopolita, no han dado el salto esperado y están sufriendo en lo deportivo y en lo económico. Valencia Basket asegura ambiente y competitividad, como los serbios (Partizan y Estrella Roja), con plantillas costosas y esas atmósferas que han dado la vuelta al mundo y se han hecho virales en las redes sociales. Bolonia es otra plaza invitada que aúna tradición y potencial deportivo.

La espera a la decisión de los socios de la Euroliga siempre es complicada

La espera a la decisión de los socios de la Euroliga siempre es complicada

Abril, un mes clave. Es a lo largo del mismo cuando el club quiere tener más menos claro dónde jugará el año próximo. Ni siquiera si el equipo se clasificara para la Final Four, una hipótesis harto complicada, el billete para Euroliga 24/25 estaría garantizado. No consta en ningún documento, aunque por imagen extrañaría ver fuera de la siguiente edición a uno de los cuatro mejores.

Ni hablar ya de lo poco o nada que aseguraría una meritoria participación en el play in, nada, con las incertidumbres que ello conlleva y genera. La confección de plantilla es el principal quebradero de cabeza, pero no el único. Los precios de los abonos, el presupuesto de viajes, patrocinios... mil cosas, que oscilan mucho de estar o no en Euroliga y que genera un gran desasiego durante los meses de espera en las oficinas la Fonteta, como es normal.

Enric Carbonell lleva meses trabajando para asegurar la participación de los taronja en Euroliga

Enric Carbonell lleva meses trabajando para asegurar la participación de los taronja en Euroliga

Enric Carbonell tiene muy clara la foto, pero también sabe que no es sencillo avanzar. El objetivo último es acabar siendo socio, pero ni el camino intermedio es fácil. ¿Cuál sería el camino intermedio? Garantizar varios años, pagando un cánon, pero con el compromiso firmado de acabar siendo socio al acabar ese plazo. Extrapolado a la compra de un piso... Pactar el pago de varios años de alquiler, para acabar teniendo una opción de compra obligatoria concluido ese plazo. Esa opción que el Valencia Basket lleva trabajando tiempo poniendo sobre la mesa todas sus virtudes. Estabilidad.

De los otros dos escenarios, uno gusta poco y otro, nada. Seguir un año más igual. Es decir, jugar la 24/25 de invitado y seguir currando en la sombra, ganando tiempo mientras se acaba el Roig Arena, algo que supondrá un toque de distinción. El horrible, no recibir la invitación y disputar la Eurocup. No es indispensable, pero sería recomendable acabar bien la Euroliga y la ACB. No repetir el insípido final de la 22/23.

Contar con los mejores jugadores depende casi siempre de si juegas Euroliga o no

Contar con los mejores jugadores depende casi siempre de si juegas Euroliga o no

¿Qué sopla en contra? ¿Qué a favor? En contra, que algunos clubes no ven bien que España tenga cuatro equipos, como si eso les diera mucho peso, aunque en realidad son los madrileños y los catalanes los clubes que mandan y más fuerza tienen, porque todos los aficionados quieren ver pasar por sus canchas a blancos y blaugranas. Son las dos marcas más potentes, las que más venden. Baskonia siempre es una piedra en el zapato. Sabe que sin Valencia Basket tiene más opciones de optar a jugadores de nivel Euroliga, siempre atraídos por el hecho de jugar en España, un gran escaparate y un país con una gran calidad de vida.

La relación Euroliga-FIBA siempre ha sido tormentosa, pero ahora parece apaciguarse. Ante la denuncia de la federación internacional de ser una competición cerrada, se van a mantener las dos plazas vengan de la Eurocup. Campeón y subcampeón. Serían dos plazas menos. Y aquí se estrecha el tema. Los serbios, con la reivindicación acechando de la ABA, la Liga Adriática (Bosnia y Herzegovina, Croacia, Serbia, Montenegro, Eslovenia y Macedonia del Norte) que quiere que sea su campeón el representante Euroliga dejaría fuera a Estrella Roja o Partizan, o a los dos, en caso de no recibir invitación. Pero para Valencia es más competencia. Más Bolonia.

La Fonteta saborea la Euroliga y genera un ambiente espectacular en cada partido

La Fonteta saborea la Euroliga y genera un ambiente espectacular en cada partido

El momento es importante, porque hay clubes que están inyectando mucho dinero en sus estructuras para dar el salto, por ejemplo Hapoel, algo que Maccabi no ve con buenos ojos, porque le restaría del ingreso por contrato publicitario, un buen pellizco. Pero sólo el conflicto bélico ha frenado su crecimiento acelerado este curso.

A favor, al margen de la credibilidad que desprende Valencia Basket, que no es poco, la sanción a los equipos rusos parece que seguirá una temporada más de momento. Hay otras amenazas que pueden debilitar a la Euroliga, tanto como para necesitar plazas potentes como la valenciana. La expansión de la NBA con dos franquicias más o a medio plazo en Europa con una conferencia europea. La potente apuesta de la Liga Japonesa a nivel económica que va a atraer a muchos jugadores Euroliga.

Fantasmas que sobrevuelan a la directiva que el jueves apostó por la continuidad de Bodiroga y Montiejunas. El lituano valora mucho las opciones valencianas, tiene buena química con Carbonell, quien pelea para que antes de que acabe abril conseguir el sueño taronja, una invitación temporal multiaño que acabe siendo un asiento entre los socios de la máxima competición continental. Abril es el mes en el que puede llegar el premio al laborioso empeño de Enric Carbonell. Sería casi como ganar un título. O incluso mejor.