Alicante, la provincia con más fraude al seguro
Madrid - Publicado el - Actualizado
5 min lectura
Alicante es la sexta ciudad en España en número de fraude al seguro con un 6,7%, por encima del 5,6% de la media de España. Valencia (5,1%) y Castellón (4%) se sitúan por debajo de la media nacional.
Línea Directa ha detectado en 6 años más de 500 redes organizadas para estafar a las aseguradoras en España. El número de estas organizaciones se ha triplicado respecto a 2013, incrementándose un 23% solo en el último ejercicio. La Comunidad Valenciana se sitúa en la media de comunidades respecto a redes operativas en su territorio.
Las redes organizadas presentan estructuras muy jerarquizadas, se centran sobre todo en el fraude en daños corporales y suelen reclamar importes elevados (más de 10.500€ de media). Su “modus operandi” consiste en montajes realizados en rotondas y en colisiones por alcance que van realizando “en carrusel” para engañar a distintas aseguradoras.
En la última década, el coste total del fraude para el Ramo de Autos superaría los 9.200 millones de euros, una cantidad equivalente al 0,7% del PIB de España en 2018.
A pesar de la recuperación económica vivida en los últimos años, el fraude al seguro de Autos apenas desciende: casi 6 de cada 100 siniestros declarados en España entre 2017 y 2018 fueron falsos. El perfil del defraudador: un hombre joven, de 18 a 24 años, desempleado o con trabajo precario.
Escucha la entrevista Santiago Velazquez, Director de Comunicación de Línea Directa, en Luz de Cruce.
Por primera vez se dan datos del fraude al seguro del Hogar, que alcanzó el 2,4% de los partes durante los dos últimos años, una cifra considerable teniendo en cuenta las peculiaridades del producto, mucho más desconocido que el de Autos y de contratación no obligatoria.
En Hogar, los montajes o simulaciones (31%) e intentar que se cubran siniestros anteriores a la contratación de la póliza (25%) son los fraudes más comunes.
Talleres que pintan falsos arañazos con tiza en los coches para facturárselos a las aseguradoras, clientes que reclaman padecer un miedo insuperable a la conducción tras un siniestro y que son grabados saltándose semáforos en rojo y líneas continuas, o personas que alegan haberse quedado ciegas tras un accidente y que son capaces de caminar sin ningún tipo de ayuda o de hacer tareas domésticas sin ningún problema.
Parecen pasajes dignos de la peor picaresca española o titulares sacados de un diario de humor, pero lo cierto es que son algunos de los casos reales destapados por los especialistas antifraude de Línea Directa Aseguradora, que acaba de presentar el ‘V Barómetro del Fraude en el Seguro de Autos y de Hogar’, el primero en el sector asegurador que analiza una década entera de lucha contra las estafas al seguro (2009-2018).
Según el informe, que pone el foco en 60.000 fraudes en el seguro de Autos y más de 6.500 en el de Hogar detectados en los dos últimos años, el número de mafias organizadas que estafan al seguro se ha multiplicado por 3 desde 2013, superando las 500 detectadas en los 6 años analizados. Este incremento fue especialmente acusado en 2018, en el que la compañía registró un aumento de redes organizadas del 23% respecto al año anterior.
Estas redes, que a veces presentan conexiones con otro tipo de delitos más graves, presentan una estructura muy jerarquizada y con una cúpula muy pequeña formada por 2 ó 3 personas. Se centran sobre todo en reclamar las indemnizaciones por daños corporales con importes que superan de media los 10.500€, ocho veces más que los fraudes convencionales. Su “modus operandi” suele ser el llamado “fraude en carrusel”, en el que los implicados van estafando a distintas aseguradoras con montajes realizados en rotondas o en colisiones por alcance.
Los datos analizados en este barómetro confirman la resistencia del fraude a descender, ya que pese a la mejora de la coyuntura económica registrada en 2017 y 2018 respecto a los años anteriores, casi 6 de cada 100 siniestros declarados en nuestro país en estos dos últimos años fueron falsos, unas cifras muy similares a la de informes anteriores, aunque la estimación del coste total para el sector sí desciende respecto a anteriores Barómetros.
Según Francisco Valencia, Director de Gobierno Corporativo de Línea Directa: “en esta quinta edición de nuestro Barómetro del Fraude al Seguro, hemos confirmado dos cuestiones: en primer lugar, que las mafias se están convirtiendo en un gran problema para el sector asegurador debido a las cuantías y a la naturaleza de sus estafas. En segundo lugar, que la recuperación económica vivida en los últimos años apenas ha traído consigo un descenso del fraude. Por eso, es importante que todos tomemos conciencia de un problema en el que pagan justos por pecadores, ya que los conductores honrados, que son la inmensa mayoría, acaban pagando las estafas de unos pocos”.
9.200 millones en 10 años
Según la estimación realizada por Línea Directa Aseguradora, el importe de las estafas para el conjunto del sector asegurador de autos superaría los 800 millones de euros anuales (2017-2018), aunque si se computara la década entera, el coste total sería astronómico, ya que superaría los 9.200 millones, una cantidad equivalente al 0,8% del PIB registrado por España en 2018.
Por su parte, en el ámbito del fraude entre particulares, el coste medio por fraude alcanzaría los 1.296€, casi un 1% más que el registrado en el Barómetro anterior. Respecto a los daños materiales, la estafa más habitual es incluir en el parte daños ajenos al siniestro (85%), mientras que, respecto a los daños corporales, lo más común es simular lesiones o pretender agravar las ya existentes (99,8%). En cuanto al perfil del defraudador, suelen ser hombres jóvenes, de 18 a 24 años, desempleado o con trabajo precario, aunque también se percibe un incremento de los fraudes cometidos por hombres de mediana edad (alrededor de los 40 años), profesionales y con estudios universitarios.
En cuanto a los días de la semana, los miércoles y los jueves parecen ser los días más propicios para cometer estafas, mientras que los meses de marzo, abril y mayo, justo los anteriores a los periodos vacaciones, son los que concentran más fraude.