La estruendosa acción diaria de un maquinista que desquicia a vecinos de una localidad valenciana

Los vecinos de la localidad valenciana de Alfafar se encuentran librando varias batallas contra el paso a nivel conocido como "paso de la muerte". La petición de soterramiento de las vías viene motivada, por un lado, por las decenas de muertes que se han dado en los últimos 40 años, pero por otro, el nivel de contaminación acústica al que se ven sometidos con cada uno de los trenes que pasa. Sin embargo, llevan tiempo denunciado que hay un tren en concreto, que cada vez que atraviesa esa localidad, lo hace pitando mucho tiempo antes, pero también, como explican los vecinos, "de una forma exagerada, incluso cuando ya lo ha sobrepasado, haciendo un uso irresponsable de la señal acústica".

El ruido al que se ven sometidos los vecinos, es otra de las denuncias que lleva a aparejadas este paso a nivel. De hecho, la Plataforma por el Soterramiento de las Vías en Alfafar, Sedaví y Benetússer, ha presentado ante el Ayuntamiento de Alfafar 720 denuncias por peligrosidad y exceso de ruido. Llevan años reclamando una solución para las vías que parten en dos el municipio de Alfafar. Un paso a nivel por el que cruzan a diario por 4.000 personas.

Tras cuatro décadas, este paso es conocido como "el paso a nivel de la muerte", al haberse cobrado la vida de 77 personas.

Tras la última reunión de los alcaldes de estas localidades con Adif, la administración estatal ha propuesto, para la integración urbana, la construcción de un paso inferior, que hará posible el cruce seguro de los ciudadanos bajo la vía férrea y el desarrollo de un espacio urbano accesible y sostenible en el entorno. En concreto, en este caso, aseguraría el cruce de peatones, patinetes, bicis y motos -que representan el 40% de la movilidad de la zona- en condiciones de seguridad total. Asimismo, se eliminarían los avisos acústicos, tanto de los trenes como de las instalaciones de protección del paso a nivel. La propuesta contribuiría a transformar la zona, creando un nuevo eje peatonal que garantizaría la permeabilidad del espacio público y del ferrocarril y recuperaría espacios para los vecinos, con la creación de un parque urbano.

Sin embargo, esta solución no terminó de convencer a los vecinos, que aseguran que "sigue ganando el tren", porque sigue dividiendo los barrios, y siguen sufriendo los altos niveles de contaminación acústica.