La gallina turuleca o el perro cagón, los petardos que arrasan en las Fallas de Valencia: "Pone un huevo"

Las Fallas de Valencia son, duda alguna, sinónimo de petardos y pólvora, pero no solo por las mascletás o los castillos de fuegos artificiales, son muchos los valencianos y visitantes que se acercan hasta las tiendas de petardos para adquirir masclets, bombetas o todo tipo de petardos para disfrutar de la adrenalina en las fiestas josefinas.

Un buen ejemplo de estas tiendas, que muchas de ellas abren solo en los días de Fallas, es El Fallero, situada en el emblemático barrio de Ruzafa. Allí Ana y su hijo Jorge dispensan todo tipo de petardos a quienes entran reclamando diversión mediante la pólvora.

Mucho ha cambiado la venta, no solo en cuanto a regulación, también en cuanto a la creatividad para poner los nombres a los diferentes cohetes.

Los petardos más curiosos

Desde hace un par de años el perro cagón están causando furor entre los más pequeños. Según Jorge, “los niños vienen siempre pidiéndolo, es un perro que lo enciendes y hace caca, es decir, va tirando ceniza”.

El perro cagón no es el único petardo que arrasa entre los clientes de Jorge, también la gallina turuleca, “que en vez de hacer caca pone un huevo, tira primero por la boca unas llamas y unas chispitas y luego lleva un huevo y lo hincha, es una bolita, como un globo”.

Titán es otro de los petardos que más triunfan entre las personas que se acercan hasta el fallero, pero esto entraña mayor dificultad. Este es para adultos, “es como los castillos, pero son voladores y realizan una palmera grande en el cielo de colores, tiene éxito, pero se vende menos porque es un tanto peligroso, es más caro y es difícil de tirar, tienes que ir a un sitio bastante amplio”.

Petardos y su evolución

La industria de la pólvora ha evolucionado muchísimo, Ana cuenta en Mediodía COPE MÁS Valencia que abrieron hacen 47 años que vendía pequeñas tracas que se llamaban chinitos y “los vendíamos a una peseta”. Tal y como ella misma recuerda “éramos nosotros mismos quienes manipulábamos la pólvora y eso ahora, obviamente, es impensable”.

Por muchos años que pasen las llamabas bombetas son los que más se siguen vendiendo. “Arrasan, es el producto más vendido todos los años”, asegura Jorge.

Además, Ana reconoce que ellos fomentan mucho el producto valenciano y “hay que potenciarlo porque tenemos que defender nuestra tierra”.

Los Holandeses, los más atrevidos

Los turistas enamorados de los petardos Ruzafa, además de ser un barrio muy fallero, es una de las zonas que más turistas recibe en estos días festivos. Personas de todas las nacionalidades se acercan a disfrutar de las Fallas y, como no, también de los petardos. “Los holandeses son los que más vienen a comprar, hay mucho y les gusta mucho, la pólvora tienen hasta peñas de pirotecnia”, reconoce Jorge.

Pese a la creencia popular de que en sudamérica también hay mucha pasión por la pólvora, Jorge cuenta "que las personas de sudamérica que vienen a comprar a la tienda son los que llevan muchos años viviendo en Valencia, no turistas".