El sistema pionero que mide en tiempo real la velocidad de bicicletas y patinetes eléctricos en Valencia
La primera instalación ha tenido lugar en la céntrica calle Xàtiva, una de las principales arterias urbanas de Valencia

Instalación Argos
Valencia - Publicado el
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La movilidad urbana ha experimentado una auténtica revolución en los últimos años. Con la irrupción de los Vehículos de Movilidad Personal (VMP), como los patinetes eléctricos y las bicicletas, las ciudades han tenido que adaptarse rápidamente para integrar estos nuevos medios de transporte sostenible. Sin embargo, este auge también ha traído consigo desafíos importantes en términos de seguridad vial, control de velocidad y convivencia entre peatones, ciclistas y conductores.
Conscientes de esta situación, un grupo de investigadores de la Universitat Politècnica de València (UPV) ha desarrollado una innovadora solución tecnológica: el sistema ARGOS. Se trata de una herramienta pionera capaz de medir, en tiempo real, la velocidad y dirección de circulación de bicicletas, bicicletas eléctricas y patinetes eléctricos, con el objetivo de mejorar la seguridad y eficiencia de la micromovilidad en la ciudad de València. Este desarrollo forma parte del programa Valencia Innovation Capital, impulsado por el Ayuntamiento de València para fomentar proyectos tecnológicos con impacto positivo en la ciudad.
Un sistema de vanguardia: movilidad bajo control
El proyecto, denominado ARGOS – Mobility Under Control, está siendo llevado a cabo por el grupo de investigación Traffic Control Systems (SCT), perteneciente al Instituto ITACA de la UPV. Este equipo multidisciplinar, con amplia experiencia en el diseño y desarrollo de soluciones para la movilidad urbana, ha apostado por una tecnología novedosa basada en sensores de espira doble, protegidos bajo una patente internacional.
“ARGOS no solo mide la velocidad de los VMP, también detecta el sentido de circulación y diferencia entre distintos tipos de vehículos”, explica Antonio Martínez Millana, investigador del Instituto ITACA y coordinador del proyecto. Esta capacidad de diferenciación es clave para entender los patrones de movilidad, prevenir accidentes y diseñar políticas públicas más ajustadas a la realidad de la ciudad.
El sistema se ha concebido con una clara vocación de servicio público, y su desarrollo se alinea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, promoviendo una movilidad más segura, eficiente y respetuosa con el medio ambiente.

Primeras instalaciones y validación del sistema
La primera instalación del sistema ARGOS ha tenido lugar en la céntrica calle Xàtiva, una de las principales arterias urbanas de València. Se trata de una ubicación estratégica, tanto por su elevado tránsito de bicicletas y patinetes como por su proximidad a estaciones de tren, metro y autobuses, lo que permite validar el sistema en un entorno urbano complejo.
En las próximas semanas, está prevista la instalación de nuevos prototipos en otros dos puntos clave de la ciudad: la Plaza Zaragoza y la Avenida Reino de Valencia. Estas localizaciones han sido seleccionadas por su elevado uso de carriles bici, así como por su potencial para analizar diferentes flujos de movilidad urbana.
“Estas pruebas nos permitirán evaluar tanto la viabilidad técnica como la comercial del sistema, demostrando su capacidad para integrarse en la infraestructura urbana y ofrecer datos de alta precisión en tiempo real”, señala Martínez Millana.
Tecnología puntera al servicio de la ciudad
El corazón tecnológico del sistema ARGOS se basa en el uso de sensores de espira doble, una evolución significativa respecto a las tradicionales espiras electromagnéticas utilizadas para el conteo de vehículos en las carreteras. Esta innovación permite una detección más precisa de los VMP, mejorando la fiabilidad del sistema y reduciendo significativamente los márgenes de error.
Frente a los sistemas convencionales, que presentan errores de medición de velocidad y longitud del vehículo de hasta el 20%, ARGOS reduce ese margen al 5%. Esta mejora no solo permite un control más exacto, sino que también facilita la generación de estadísticas más fiables sobre los hábitos de circulación.
La instalación del sensor se realiza en una baldosa removible, una característica que aporta gran flexibilidad. Esta baldosa puede colocarse fácilmente en diferentes puntos de la ciudad y retirarse en caso de obras o mantenimiento sin necesidad de reemplazar el sensor. Esta ventaja reduce costes y facilita la escalabilidad del sistema.
Además, ARGOS se integra de forma respetuosa con el entorno urbano. No utiliza cámaras ni recoge imágenes ni datos biométricos, lo que garantiza la privacidad de los usuarios. Esta característica es especialmente relevante en un contexto donde la protección de datos personales cobra cada vez más importancia.
Una respuesta a los desafíos actuales de la micromovilidad
El auge de los VMP ha tenido efectos positivos en la reducción de emisiones contaminantes y la descongestión del tráfico. Sin embargo, también ha generado preocupaciones en torno a la seguridad vial. Según datos de la Policía Local de València, en 2023 se registraron más de 900 denuncias por incidentes entre peatones y usuarios de patinetes eléctricos. Muchos de estos incidentes se deben al exceso de velocidad, al uso indebido de las aceras o al desconocimiento de las normas de circulación.
ARGOS se presenta como una herramienta clave para abordar estos problemas. Su capacidad para detectar en tiempo real situaciones peligrosas permite, por ejemplo, enviar alertas a los usuarios a través de paneles informativos o aplicaciones móviles. Asimismo, los datos obtenidos pueden ser utilizados por los centros de control de tráfico para tomar decisiones inmediatas, como desviar flujos de circulación, activar semáforos o informar a las autoridades competentes.
“Disponer de datos precisos sobre la velocidad y el flujo de los VMP es fundamental para prevenir accidentes y planificar mejor las infraestructuras urbanas”, señala Martínez Millana. “ARGOS nos permitirá entender cómo se mueven estos vehículos, dónde se concentran los puntos de riesgo y cómo evolucionan los patrones de uso a lo largo del tiempo”.
Hacia una ciudad más inteligente y sostenible
El desarrollo del sistema ARGOS se enmarca dentro de una visión más amplia de ciudad inteligente (smart city), donde la tecnología se convierte en un aliado para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. En este sentido, la iniciativa cuenta con el respaldo del programa Valencia Innovation Capital, una estrategia municipal orientada a impulsar la innovación tecnológica al servicio de las personas.
Gracias a su diseño modular, compacto y económico, ARGOS tiene el potencial de desplegarse de manera masiva en diferentes puntos de la ciudad, permitiendo una monitorización continua de la movilidad en carriles bici y zonas peatonales. Además, su bajo consumo energético y su reducido impacto ambiental lo convierten en una solución alineada con las políticas de sostenibilidad del Ayuntamiento de València.
Otro aspecto destacable del sistema es su potencial para generar conocimiento. Los datos recopilados pueden ser analizados para elaborar estudios de movilidad, detectar tendencias y evaluar el impacto de medidas como la ampliación de carriles bici, la peatonalización de zonas urbanas o la implantación de nuevos servicios de movilidad compartida.
Privacidad, ética y gobernanza de los datos
En un contexto en el que el uso de tecnologías de vigilancia plantea crecientes preocupaciones, ARGOS destaca por su enfoque respetuoso con la privacidad de los ciudadanos. A diferencia de otros sistemas de monitorización que emplean cámaras o inteligencia artificial basada en reconocimiento facial, ARGOS no captura imágenes ni recopila información personal.
Toda la información que procesa el sistema es anónima y se limita a parámetros técnicos como velocidad, dirección, tipo de vehículo y frecuencia de paso. Esta aproximación garantiza el cumplimiento de las normativas europeas en materia de protección de datos (GDPR) y refuerza la confianza de la ciudadanía en el uso de tecnologías públicas.
Además, el equipo de ITACA está trabajando en el desarrollo de una plataforma abierta que permita visualizar los datos de forma agregada. De esta manera, tanto los gestores públicos como los ciudadanos podrán consultar, en tiempo real, el estado de los carriles bici, las zonas de mayor tráfico o los horarios punta de circulación.
Un paso más hacia la movilidad del futuro
La instalación del sistema ARGOS marca un hito en la transformación digital de la movilidad urbana en València. En un momento en que las ciudades buscan reducir su huella de carbono, fomentar el uso de vehículos no contaminantes y mejorar la seguridad vial, contar con herramientas inteligentes como esta se vuelve fundamental.
El proyecto también abre la puerta a nuevas aplicaciones en otras ciudades y contextos. Su escalabilidad y bajo coste lo convierten en una solución exportable a otras urbes que enfrenten retos similares en cuanto a la gestión de la micromovilidad.
Desde el equipo investigador no descartan futuras ampliaciones del sistema, incluyendo funcionalidades como la detección de estacionamientos indebidos, la integración con sistemas de alquiler de bicicletas y patinetes o la implementación de alertas personalizadas para los usuarios.
innovación al servicio del ciudadano
ARGOS representa un claro ejemplo de cómo la investigación universitaria puede traducirse en soluciones prácticas que mejoran la vida urbana. Desarrollado por el grupo Traffic Control Systems del Instituto ITACA de la Universitat Politècnica de València, este sistema se perfila como una herramienta imprescindible para afrontar los desafíos de la movilidad moderna.
Al combinar precisión tecnológica, respeto por la privacidad, sostenibilidad y capacidad de integración urbana, ARGOS se posiciona como un modelo a seguir en la gestión inteligente de los VMP. Su implementación en València no solo contribuirá a mejorar la seguridad y eficiencia de los carriles bici, sino que también servirá como laboratorio urbano para desarrollar futuras políticas públicas basadas en datos reales.
Con proyectos como este, València refuerza su posición como ciudad innovadora y comprometida con un modelo de desarrollo más humano, sostenible e inteligente. Y demuestra que, cuando ciencia, tecnología y administración pública trabajan juntas, los beneficios para la sociedad pueden ser tan tangibles como el paso de una bicicleta bien guiada por un carril seguro.