El test que detecta el autismo en quince minutos es 'made in Valencia'
Este test de autismo que en solo 15 minutos puede cambiar la vida de un niño que han desarrollado en la Universidad Politécnica de Valencia

Entrevista con
Valencia - Publicado el - Actualizado
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Cada 2 de abril se celebra el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, una fecha dedicada a visibilizar este trastorno del neurodesarrollo y fomentar su comprensión en la sociedad. En este marco, es relevante destacar los avances tecnológicos que están revolucionando la detección temprana del autismo, como el sistema desarrollado por el Instituto HumanTech de la Universitat Politécnica de València (UPV).
Este innovador proyecto, liderado por el catedrático Mariano Alcañiz, emplea la Realidad Virtual (RV) y la Inteligencia Artificial (IA) para facilitar un diagnóstico más rápido y preciso del Trastorno del Espectro Autista (TEA). “El autismo es un trastorno muy complejo que influye en el comportamiento de los niños, y cuanto antes se diagnostique, antes se puede intervenir”, explica el profesor Alcañiz en Mediodía en COPE Valencia.
CÓMO USAN LA IA y Realidad Virtual
El sistema desarrollado por el Instituto HumanTech consiste en una sala equipada con tecnología de realidad virtual donde los niños interactúan con un entorno simulado. "Hemos creado un parque virtual donde los niños pueden jugar de manera natural", señala Alcañiz. Durante la interacción, se registran y analizan en tiempo real más de 200 variables por segundo relacionadas con el comportamiento del niño, como sus movimientos, dirección de la mirada, expresión verbal y corporal, entre otros.
El sistema no requiere que el niño lleve sensores o dispositivos adicionales, ya que toda la información se captura mediante cámaras y sensores integrados en la sala. "Hemos entrenado la IA con datos de cientos de niños normotípicos y de niños con TEA, lo que permite que la máquina determine si el niño presenta signos de autismo y en qué grado”, detalla el investigador.
Una experiencia no invasiva y más efectiva

Escucha la entrevista al catedrático que encabeza el proyecto
Uno de los mayores beneficios de este sistema es su carácter no invasivo. A diferencia de las pruebas tradicionales, que pueden generar estrés en los niños, esta herramienta permite evaluar su comportamiento de manera natural. "Para el niño, es simplemente un juego. Pasa 15 minutos en un parque virtual sin sentir que está siendo evaluado", comenta Alcañiz.
El TEA es un espectro amplio que afecta a cada persona de manera diferente, por lo que su diagnóstico es particularmente desafiante. La IA, sin embargo, puede analizar múltiples subdimensiones del comportamiento, incluso aquellas que pueden pasar desapercibidas para un observador humano. "La inteligencia artificial nos permite detectar patrones que, a veces, escapan al ojo humano”, señala el experto.
Aplicaciones terapéuticas CON LA IA
Además de la detección, esta tecnología tiene aplicaciones terapéuticas a través del proyecto ADAPTEA, que busca personalizar las intervenciones según las necesidades de cada niño. "Cada patrón de comportamiento es único, como una huella dactilar. Con esta herramienta podemos adaptar las terapias de manera específica, evaluando los progresos en tiempo real y ajustando la intervención en función de la evolución del niño", explica Alcañiz.
El sistema emplea biomarcadores digitales para medir la eficacia de cada sesión de intervención. "Realizamos una sesión, analizamos cómo han mejorado los biomarcadores, ajustamos la siguiente sesión y repetimos el proceso. Es como un traje a medida para cada niño", destaca el investigador.
LA IA COMPLEMENTA, NO SUSTITUYE
Ante la creciente incorporación de la IA en el campo de la salud, surge la pregunta sobre si estas tecnologías podrían reemplazar a los profesionales clínicos. Al respecto, Alcañiz es claro: "En absoluto. La IA no sustituye a los clínicos. Lo que hacemos es proporcionarles una herramienta que les permita tomar mejores decisiones, de manera más rápida y precisa".
El objetivo final es integrar esta tecnología en el sistema público de salud para que pueda ser utilizada de manera generalizada. "Imaginemos que, así como existen test de detección de COVID, pudiéramos disponer de estos test tempranos en los servicios de salud. En solo 15 minutos podríamos realizar un cribado inicial de todos los niños y detectar señales de alerta para intervenir cuanto antes", concluye el investigador.