El acusado del doble fratricidio de Los Santos dice que entraron en la casa unos hombres con "máscaras negras"

El hombre acusado de asesinar a sus dos hermanos en Los Santos de Maimona (Badajoz) en mayo de 2021, Rafael O.R., ha negado ser el autor de las muertes en la primera jornada del juicio, en la que ha asegurado que el día del suceso vio salir “a cuatro o cinco hombres con máscaras negras” de la vivienda familiar en la que residían los tres.

El acusado, que ha llegado a la Audiencia Provincial de Badajoz en silla de ruedas debido a su estado de salud, ha explicado que después de regresar del "corralón" donde había dado de comer a los perros se encontró a varios hombres que salían de su domicilio, los cuales le miraron de forma intimidante, aunque sin hacerle nada, y se dieron a la fuga.

A raíz de este testimonio, la defensa del procesado ha explicado en su alegato inicial al jurado que el hombre debe ser absuelto, pues no fue el autor de las muertes de sus hermanos.

Sin embargo, la Fiscalía, que pide 48 años de prisión para el acusado -24 años por cada delito de asesinato, cometidos con alevosía y con el agravante de parentesco-, le considera autor de los hechos al expresar en su alegato de apertura que tras “una fuerte discusión” con sus hermanos (Antonio y Francisco), Rafael “los sorprendió” para atarles de pies y manos y golpearles en la cabeza y el rostro.

En el caso de uno de los hermanos (Antonio), el procesado le tapó además la boca con un papel y la cabeza con una bolsa para asegurarse de que moría, ha expresado la fiscal.

Rafael llevó posteriormente los dos cadáveres a una habitación, a la que arrojó basura, y después tapó la puerta con diversos electrodomésticos y con un cartón, todo ello para ocultar los cadáveres, según el Ministerio Público.

Los fallecidos fueron hallados por la Guardia Civil días después, cuando los agentes fueran amenazados por el procesado, que intentaba evitar que los agentes accedieran al domicilio.

Entre los testigos que han declarado en el juicio, varios vecinos han expresado que las discusiones entre los hermanos “eran habituales” y que la familia era “poco sociable”.

Un vecino ha añadido, además, que tras escucharse una discusión el 2 de mayo, las jornadas posteriores ya no se oyeron más voces, pero sí sonidos, “como si se arrastraran muebles”.

Empleados de la residencia de mayores de la localidad han atestiguado por su parte que Francisco, que acudía allí a comer, aunque era parco en palabras, sí llegó a trasladar que la relación familiar “no era nada buena”.

Desde el momento de los hechos Rafael permanece en prisión provisional, en la actualidad en la cárcel de Salamanca.

De los hermanos fallecidos, solo Antonio, que estaba separado, tenía hijos: un varón que sufre "cuadros de ansiedad" a causa de estos hechos, según ha explicado la Fiscalía, y una mujer con discapacidad.

Para ellos se pide que el acusado abone una indemnización de 52.000 euros.