Capricho de Pueblo, una panadería que rompe estadísticas
Se estima que 1 de cada 5 panaderías cerrará en los próximos cinco años, sin embargo una joven ha continuado en Badajoz con la tradición familiar
Badajoz - Publicado el - Actualizado
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El incremento en el coste de la electricidad, en la producción y la falta de personal que quiera trabajar en estos establecimientos está amenazando su subsistencia en nuestra región.
Aún así, hay personas que se atreven a estar al pie del cañón. Es el caso de Capricho de Pueblo, una nueva panadería que ha abierto en Badajoz siguiendo el legado familiar.
La dueña del local ha crecido rodeada de dulces y pan. Su bisabuelo, abrió después de la Guerra Civil una panadería en el Valle de la Serena, que ha ido sucediendo de generación en generación. Ahora la lleva José, el nieto del fundador, que le proporciona productos a su hija para traerlos a Badajoz.
Hace unos años, para José era mucho más rentable su negocio, “hace unos 20 años teníamos una tarifa nocturna, pagábamos 10 o 15 euros al día de electricidad, ahora cerca de 40. Lo mismo sucede con el combustible”. Además, afirma que “la gente joven no quiere saber nada de este trabajo, y menos en un pueblo”. Lo sabe de primera mano, ya que, en su localidad han cerrado los otros dos negocios que había de este tipo.
Él no tiene miedo del pan barato que se realiza en las grandes multinacionales y cree que no es el motivo por el que cierran estos establecimientos. “Si ponemos nuestro pan frente al congelado, todo el mundo prefiere el nuestro, y la diferencia de precios no es tanta”, responde.
Estos son los principales problemas que tiene la industria panadera en nuestro país, un negocio que va hacía la deriva pero que la resiliencia de algunos, están haciendo que sigan subsistiendo.