¿Sabes como se elabora la ceniza para la celebración de este Miércoles, inicio de la Cuaresma?
El Delegado Archidiocesano para la Liturgia, José Puente, nos lo cuenta, además de otras curiosidades sobre este día.

Un fiel recibe la ceniza en su frente.
Badajoz - Publicado el - Actualizado
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Hoy, 5 de marzo, la Iglesia Católica celebra el Miércoles de Ceniza, un día que marca el inicio de la Cuaresma, un período de 40 días (sin contar los domingos) de preparación espiritual para la Pascua, la resurrección de Jesucristo. Este día es una invitación a la reflexión, la penitencia y la conversión, y su liturgia está cargada de simbolismo y tradición. Hoy en Mediodía COPE Badajoz, hemos profundizado con don José Puente, delegado archidiocesano para la Liturgia, en su origen, significado, rito y algunas curiosidades que nos han ayudado a comprender mejor esta celebración.
El origen del Miércoles de Ceniza se remonta al siglo II, cuando los cristianos comenzaron a prepararse para la Pascua con dos días de ayuno y penitencia. Con el tiempo, esta preparación se extendió a 40 días, en referencia a los 40 días que Jesús pasó en el desierto, ayunando y resistiendo las tentaciones del demonio.
En el Concilio de Nicea (año 325), se estableció formalmente la duración de la Cuaresma. Inicialmente, comenzaba seis domingos antes de la Pascua, pero, como los domingos no se ayunaba, se adelantó cuatro días, dando lugar al actual Miércoles de Ceniza.
En los primeros siglos del cristianismo, los penitentes públicos (aquellos que habían cometido pecados graves) comenzaban su proceso de reconciliación el Miércoles de Ceniza, vistiendo ropas penitenciales y recibiendo la ceniza como signo de su arrepentimiento.
El Miércoles de Ceniza supone un llamamiento a la humildad y a la conciencia de nuestra fragilidad. La ceniza, que se impone en la frente de los fieles, es un símbolo que nos recuerda dos cosas fundamentales:
"Polvo eres y al polvo volverás": Esta frase, tomada del Génesis, fue la frase original que el sacerdote pronunciaba acompañando a la imposición de la ceniza, sin embargo se ha impuesto la frase "Conviértete y cree en el Evangelio", unas palabras de Jesús (Marcos 1, 15) que nos invitan a la conversión, a volver a Dios con un corazón renovado.
Don José nos ha contado que la ceniza se obtiene de la quema de los ramos de olivo o palmas bendecidos el Domingo de Ramos del año anterior, lo que conecta esta celebración con el ciclo litúrgico y la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.
La liturgia de este día es solemne y profundamente simbólica. Puede realizarse dentro de la Santa Misa o en una celebración independiente, precedida por una liturgia de la Palabra. A continuación, describimos los momentos más importantes:
Bendición de la ceniza: El sacerdote bendice la ceniza, que simboliza la penitencia y la humildad.
Imposición de la ceniza: Los fieles se acercan al altar para recibir la ceniza en forma de cruz en la frente. El sacerdote pronuncia una de las dos fórmulas mencionadas anteriormente.
Oración universal: Se elevan peticiones por la Iglesia, el mundo y los necesitados.
Conclusión: La celebración termina con una bendición y la despedida de los fieles.
Es importante destacar que, en esta celebración, se omite el acto penitencial de la Misa, ya que la imposición de la ceniza cumple esa función simbólica.
Ayuno y abstinencia
También hemos hablado con don José la prescripción de ayuno y abstinencia para este día. Se trata de uno de los dos días del año (junto con el Viernes Santo) en los que la Iglesia los prescribe. El ayuno consiste en hacer una sola comida fuerte al día, mientras que la abstinencia prohíbe el consumo de carne.