SALUD

Las soluciones más efectivas para los trastornos digestivos típicos del verano

Intoxicaciones alimentarias, estreñimiento, digestiones pesadas, gases o acidez, entre los más comunes.

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

8 min lectura

n verano, muchos españoles cambian sus hábitos. Llegan las vacaciones, los viajes, las comidas fuera de casa, los tupperware en la playa y, en general, muchos excesos que no se producen en otras épocas del año.

. Por eso, hay que extremar las precauciones a la hora de cocinar y conservar la comida, ya que todos estos cambios pueden afectar a nuestra salud digestiva.

Según explican los expertos de

, la farmacia online española líder del mercado,

. Especialmente los causados por las bacterias

Aunque las intoxicaciones alimentarias son los trastornos digestivos más habituales y peligrosos en verano, no son los únicos. El estreñimiento, los empachos provocados por las comidas copiosas, los gases o la acidez también pueden afectar a la salud digestiva. Por ello,

ha recopilado las principales enfermedades o molestias que suelen aparecer en verano para saber cómo prevenirlas:

1. Intoxicaciones alimentarias

. La mayoría son enfermedades leves que se curan a los pocos días, con reposo y tomando muchos líquidos. No obstante, sí que llegan a ser peligrosas para personas inmunodeprimidas. Hay muchos gérmenes que las causan, principalmente bacterias. Estas son las que más suelen contaminar la comida durante el verano.

Campylobacter

La enfermedad que produce, la campilobacteriosis, es la principal causa de gastroenteritis en el mundo. Esta bacteria vive en los intestinos de los animales y puede pasar a los humanos. Lo más habitual es que este patógeno se transmita por las heces, que contaminan la carne del animal mientras aún está vivo.

Los alimentos en los que crece son, principalmente, carnes:

. También puede contaminar otros productos derivados de los animales, como

Sus síntomas más frecuentes son diarrea, dolor abdominal, fiebre, dolor de cabeza y náuseas y vómitos.

.

Salmonella

Estas bacterias están presentes en muchos animales y son las causantes de la salmonelosis. Estos patógenos pueden contaminar alimentos de origen animal como

, aunque también puede aparecer en otros productos como hortalizas que se hayan podido contaminar con el estiércol. Además, hay que tener cuidado, porque se puede transmitir entre personas por medio de las heces (por ejemplo, después de ir al baño). La salmonelosis produce fiebre repentina, náuseas, dolor abdominal, diarrea y, a veces, vómitos.

.

Escherichia coli

Esta bacteria, más conocida como

, vive en el intestino de muchos animales, incluidos los humanos. Sin embargo, algunas de sus cepas provocan intoxicaciones alimentarias. Por ejemplo, es una de las principales causas de la llamada

, un problema frecuente entre personas que viajan a otros países con unas condiciones higiénico-sanitarias inferiores a las del suyo. Las intoxicaciones por

se producen por alimentos crudos o poco hechos, como

. También pueden deberse a

. Una enfermedad causada por esta bacteria provoca calambres abdominales, diarrea, fiebre y vómitos.

L. monocytogenes

Esta bacteria produce la listeriosis, una enfermedad grave, aunque relativamente poco frecuente. Es especialmente peligrosa en embarazadas y en personas mayores o inmunodeprimidas. Este microorganismo se encuentra en la naturaleza, en el suelo y el agua, o en el tubo digestivo de algunos animales. Por eso, puede pasar a los humanos al consumir

. En los casos leves, supone diarrea, fiebre, dolor de cabeza y dolores musculares.

Staphylococcus

Las enfermedades que generan los estafilococos causan distintos tipos de infecciones en la piel, en las vías urinarias o una intoxicación alimentaria, la opción más probable durante el verano. Esta intoxicación puede aparecer por

. Afecta a productos lácteos y de pastelería, como la leche, la nata o las natillas, a las carnes y a los pescados. Sus síntomas incluyen náuseas, vómitos, diarrea y dolor abdominal. En algunos casos más graves, provoca deshidratación y dolor de cabeza.

.

Anisakis

El anisakis es un parásito que se encuentra

En verano, los destinos de playa son los más populares para las vacaciones y se incrementa el consumo de estos alimentos, por lo que hay que extremar las precauciones. Este parásito puede producir anisakiasis, que afecta al aparato digestivo y causa náuseas, vómitos y dolor abdominal unas horas después de comer.

2. Gases

Las vacaciones son el periodo ideal para salir a comer fuera. Eso suele implicar grandes comilonas acompañadas con una buena conversación. No obstante, eso es un cóctel perfecto para los gases. Los gases estomacales se producen durante la digestión y es normal eliminar el exceso mediante eructos o flatulencias. Sin embargo, a veces hay dolor abdominal y malestar y no se pueden expulsar.

. Eso puede ocurrir si comemos muy deprisa, sin masticar bien, o si hablamos, reímos o gritamos mientras comemos.

3. Acidez

En cuanto a la acidez, es un problema que sufren, de forma intermitente,

. Es una sensación de ardor que aparece en el pecho o la garganta. Sucede cuando la abertura que separa el estómago del esófago no se cierra totalmente y permite que los ácidos del estómago pasen. Si se come demasiado rápido o en grandes cantidades, se desequilibran los niveles de ácido del estómago, que harán presión y se escaparán hacia el esófago.

4. Estreñimiento

La rutina puede cambiar drásticamente durante el verano; eso se nota en nuestro tracto digestivo y puede aparecer estreñimiento ocasional. Puede deberse a un

. Si el cuerpo está deshidratado, extraerá los líquidos de donde pueda, como de las heces, que se resecarán y serán más difíciles de expulsar.

5. Digestiones pesadas

Las comilonas y los cambios de dieta típicos de las vacaciones pueden desembocar en pesadez estomacal, dolor abdominal y sensación de saciedad precoz. Todo ello irá acompañado de gases y acidez.

6. El «corte de digestión»

Curiosamente, lo que llamamos

poco tiene que ver con la digestión. En realidad, es el

; por ejemplo, si nos metemos al agua fría después de haber estado al sol. El cuerpo intenta adaptarse a la nueva temperatura y, para garantizar el flujo sanguíneo al cerebro, deja de enviar sangre a otras zonas y el corazón va más lento. Si el cambio de temperatura es muy brusco, podemos llegar a perder el conocimiento.

. Durante la digestión, se dirige gran parte del flujo sanguíneo hacia el aparato digestivo y hay menos sangre en el cerebro, por lo que el síncope es más probable si hay cambio de temperatura.

Cómo prevenir los trastornos digestivos durante el verano

La prevención es la clave por lo que, desde

, nos dan algunas claves para ayudarnos a mantener una buena salud digestiva durante los meses de calor.

Lavarse bien las manos

Hay que lavarse bien las manos

.

Las intoxicaciones se producen cuando los microorganismos llegan a la comida, muchas veces desde las heces. Si vamos al baño y no nos lavamos bien las manos, podemos pasar esos microorganismos a otra persona al tocarla o dejarlos en la comida que estemos cocinando.

Lavar bien las frutas y verduras, especialmente si se van a consumir crudas

Cocinar los alimentos es una forma segura de eliminar cualquier patógeno. Pero si algo se va a consumir crudo (por ejemplo, una fruta), es muy importante lavarlo bien antes. Igualmente, es necesario

que hayan entrado en contacto con la comida cruda.

Cocinar bien los alimentos

Para eliminar completamente los patógenos, hay que asegurarse de que

totalmente

Para evitar el anisakis, en concreto, hay que cocinar adecuadamente el pescado durante al menos 2 minutos a más de 60ºC, es decir, que dicha temperatura llegue hasta el centro del producto.

No romper la cadena de frío

Para conservar los alimentos en buenas condiciones, muchos de ellos requieren estar refrigerados o congelados. En verano, es muy importante

.

. Por ejemplo, el anisakis requiere congelar el pescado a -20 grados y mantenerlo durante cinco días.

Si la cadena de frío se rompe (por ejemplo, si un producto refrigerado se ha dejado fuera de la nevera), corremos el riesgo de sufrir una intoxicación. Al romper la cadena de frío, comienzan a crecer microorganismos. Hay que tener en cuenta que

; si se ha roto la cadena de frío, es mejor descartarlo directamente.

No beber agua de ríos, fuentes o arroyos

Las intoxicaciones también pueden deberse a la contaminación del agua. Lo más recomendable es

y evitar cualquier fuente natural, si no estamos seguros de que sea agua potable. Igualmente, es mejor

, a no ser que haya total seguridad de que están hechos de agua potable.

Evitar la leche sin pasteurizar

La pasteurización es un proceso térmico que elimina los patógenos de los alimentos. La leche es el producto más conocido que sufre este proceso, aunque hay muchos otros, como la cerveza o los zumos. Si no tenemos la certeza de que un lácteo está pasteurizado, es mejor no consumirlo.

Hacer comidas ligeras y sin prisa

Los atracones y las comidas rápidas son los aliados de los gases y la acidez. Hay que

, sin prisas y masticando bien. Para evitar la aerofagia, es decir, tragar demasiado aire, no hay que hablar rápido ni gritar durante la comida. Después de una comida copiosa o de ingerir algún alimento que nos haga generar gases (alubias, garbanzos, col...), ayuda tomar

.

Llevar una dieta saludable y beber suficientes líquidos

También hay que comer sano en vacaciones. Para evitar el estreñimiento, es importante llevar una

(frutas, verduras, cereales...),

. Asimismo, hay que mantener unos buenos niveles de hidratación y beber agua sin esperar a tener sed.

No beber alcohol

Las bebidas alcohólicas empeoran los síntomas de ciertas enfermedades digestivas, como el síndrome de reflujo gastroesofágico, un problema que sufren 7 de cada 10 personas que suelen tener acidez. Además, el alcohol incrementa la deshidratación, un factor que motiva el estreñimiento.

Amanda Dutruc, farmacéutica de DosFarma explica: "Olvidarnos algo fuera de la nevera, con el calor y la humedad de estas fechas, supone un riesgo muy alto de contaminación. Por lo general, las intoxicaciones son enfermedades leves que duran unos pocos días. No obstante, sí que hay infecciones muy graves, sobre todo para personas inmunodeprimidas, niños o ancianos. Por eso, en DosFarma queremos recordar la importancia de proteger los alimentos de las altas temperaturas. Y no hay que olvidar que las vacaciones también pueden pasar factura a nuestro aparato digestivo de una forma menos peligrosa, pero muy molesta, como los gases o la acidez de estómago; siempre hay que comer sin prisas y masticar bien, incluso cuando comemos fuera y con más gente".

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