El histórico edificio de Telefónica en Mérida tiene nuevo propietario

Hace algo más de dos años, Telefónica puso en venta este histórico edificio en la capital extremeña. Ubicado en pleno centro de Mérida, junto al imponente Arco de Trajano, el edificio, aunque aparentemente cerrado y abandonado, según la compañía, continuaba albergando actividad en su interior.

En los últimos meses, el destino de este inmueble ha dado un giro importante. Las dependencias, que en su momento fueron un centro de referencia de la compañía de telecomunicaciones, han sido adquiridas por los propietarios de las bodegas Pago Los Balancines, un proyecto vinícola fundado en 2006 en Oliva de Mérida (Badajoz) por Pedro Mercado, actual propietario y enólogo de la casa.

¿Cuál será el futuro del inmueble?

Según fuentes cercanas a COPE, la idea inicial del nuevo propietario es convertir este edificio en un hotel. Construido en 1970, según los datos del Catastro, el edificio consta de 1.352 metros cuadraros construidos repartidos en tres plantas y casi 1.000 metros cuadrados de superficie útil. Se encuentra en un lugar privilegiado, a los pies del monumento romano, con la Plaza de España de Mérida a la vuelta de la esquina y una amplia oferta de negocios de restauración en sus proximidades.

Aunque esa sea la idea inicial del nuevo dueño del edificio, tendrá que esperar al menos dos años para comenzar el proceso de rehabilitación, ya que, aunque la compra se ha formalizado, el nuevo propietario ha realquilado las dependencias a Telefónica durante 24 meses.

PAGO LOS BALANCINES

Pedro y Eva (su esposa) decidieron comprar una finca en el Paraje Los Balancines, en el municipio de Oliva de Mérida, a finales de 2005. Allí encontraron viñedos antiguos con uvas de una calidad excepcional.

La fortuna acompañó al proyecto desde el principio y los reconocimientos no tardaron en llegar, consolidándose como referente de calidad en la región e incluso siendo considerados entre los mejores del mundo por su excelente relación calidad-precio.

El último reconocimiento llegó el pasado mes de enero con tres galardones en el San Francisco International Wine Competition. En concreto, la empresa de Oliva de Mérida obtuvo la medalla de Doble Oro, el máximo galardón del concurso, con Haragán 2018, un crianza de más de 4 años que "refleja fielmente la singularidad de un viñedo ecológico único y la filosofía de esta bodega de elaborar vinos con el alma del lugar donde nacen", según la propia bodega.

Por primera vez, un vino de Extremadura consiguió el máximo galardón en este concurso. Además, la bodega se alzó con dos medallas de Oro entre más de 2.300 referencias de más de 30 países. Se trata de Balancines Garnacha & Garnacha 2020 y Barbas de Gata 2018.