Los impuestos que pagará la mina de litio a la Junta de Extremadura

La mina de litio continúa siendo noticia en Cáceres. Un informe elaborado por la Universidad de Extremadura señala que el proyecto de extracción supondría unos ingresos de ciento catorce millones de euros cada año para la Junta de Extremadura.

El proyecto de Extremadura New Energies estaría planificada para más de veinticiaños de actividad en Cáceres y su provincia.

Así lo valora Ramón Jiménez, CEO de Extremadura New Energies: "El volumen de los impuestos que va a dejar el proyecto en Extremadura son cerca de 114 millones de euros de impuestos cada año. Esto va a dejar este proyecto en las arcas extremeñas disminuido drásticamente al ser una mina enterrada siendo un proyecto mucho más sostenible y mucho mejor para el medio ambiente y para la sostenibilidad"-

El informe de la Universidad de Extremadura pone en valor tres aspectos del proyecto:

1- El impacto que tiene en el empleo: mil quinientos empleos directos e indirectos.

2- Se espera que sea una industria tractor, que atraiga más industria a Cáceres, relacionada con el litio, la movilidad y las energías renovables.

3- Al ser un trayecto subterráneo, se reduce el impacto sobre el entorno, lo que lo hace más sostenible.

La ciudad de Cáceres, es la segunda más populosa de Extremadura, con 96.215 habitantes y goza del término municipal más extenso de toda la Unión Europea. Sin embargo, desde la óptica demográfica, en los últimos tres lustros muestra un cambio de tendencia respecto a las décadas precedentes, tal y como se había previsto en diferentes estudios académicos, con un comportamiento tendente a la regresión poblacional dada la incapacidad de fijar a la población joven de la propia ciudad y/o de su área de influencia. 

En este sentido, cabe señalar que el tradicional crecimiento del sector público, desmesurado en algunos momentos, ha alcanzado su techo y la estructura socioeconómica cacereña no es capaz de ofrecer alternativas a las nuevas demandas laborales por lo que se viene produciendo un desequilibrio intersectorial que genera una atomización del tejido empresarial y una considerable emigración entre los efectivos más jóvenes y cualificados hacia otras regiones de España, principalmente Madrid, y al extranjero. 

Por todo ello se hace necesario e impostergable dar envión a la ciudad de Cáceres y su provincia con el fin de evitar el colapso al que está abocada a corto plazo si no se interviene de manera decidida para reestructurar su periclitado modelo de crecimiento, basado en el predominio abrumador e insostenible de la Administración Pública que hace tiempo agotó sus expectativas para el desarrollo de la ciudad y su provincia por saturación. 

El nuevo escenario pasa obligatoriamente por crear un Distrito Industrial que permita los agrupamientos empresariales a través de clústeres para la cooperación interempresarial, merced a la ubicación de empresas que actúen a modo de máquinas tractoras capaces de dinamizar a pymes y autónomos residentes y atraer a iniciativas foráneas para colmatar los intersticios de todo un sistema productivo con la transformación de los ingentes recursos naturales disponibles en el inmenso alfoz cacereño, donde el litio emerge con inusitada demanda internacional. 

Consecuentemente, Cáceres es una ciudad idónea, por lo necesitada que está de evitar el deterioro económico en el que se encuentra sumida (basta mirar el comportamiento del sector industrial y comercial), para pilotar el cambio de modelo tradicional y obsoleto, también en toda su provincia, a otro vinculado a la creación de un entorno favorable a la innovación, a la creatividad y las nuevas fuentes energéticas en las que se divisan proyectos sumamente interesantes.

El Distrito supondrá un reposicionamiento territorial de Cáceres y su provincia para el anclaje de los pilares fundamentales de la competitividad frente a otros espacios en el contexto nacional e internacional.