La seguridad que no tuvo en Perú, la encontró en Cáceres: "Puedo trabajar sin que nadie me vaya a extorsionar"

Hoy es el día contra el racismo. El Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial. Por eso, reflejamos la situación de los migrantes en Cáceres.

Hemos hablado en la Cadena COPE con Fernando Montoya, que llegó hace dos años y medio desde Perú a Cáceres. Fernando Montoya, de cuarenta y seis años, dejó Trujillo, no el extremeó, sino el peruano, junto con su mujer y vino con sus dos hijos, de cuatro a seis años.

Fernando no ha experimentado racismo en Cáceres, aunque reconoce que algunas personas pueden tener prejuicios: "La gente muy amable en un gran porcentaje, diría un noventa y ocho por ciento, muy conversadora, muy amigable y muy servicial. Vivir en Cáceres es como estar un paraíso, porque yo vivo una vida más segura. Puedo salir con mis hijos a caminar. Puedo trabajar sin que nadie me vaya a extorsionar".

La Iglesia en Extremadura reafirma su compromiso con los migrantes. Desde hace más de veinte años, la Diócesis Coria-Cáceres ha trabajado para tener una red de apoyo a los migrantes que llegan a la región con esperanzas de un futuro mejor. Las iniciativas se han diversificado, desde pisos de acogida en Plasencia, nacidos en la pandemia, hasta proyectos de integración en ciudades como Cáceres, que han brindado un espacio de escucha y acompañamiento espiritual.

Él y otros emigrantes buscan contribuir positivamente a la sociedad española. Fernando trabaja como autónomo en pequeñas reformas, incluyendo carpintería, pintura y electricidad. También colabora ocasionalmente en mudanzas para complementar sus ingresos. 

El motivo por el que dejó Perú fue por la inseguridad que vivía. Un miedo que seguía teniendo cuando llegó aquí. Fernando Montoya, emigrante peruano, se siente seguro y bien recibido en Cáceres, España. Describe a la comunidad como amable y servicial, lo que le permite vivir una vida más tranquila y segura en comparación con Perú. Fernando comparte un mensaje de unión y paz, destacando la importancia de la convivencia armoniosa entre diferentes culturas y razas.

Según la ONG Accem, existen iniciativas para promover la inclusión de migrantes en riesgo de exclusión social. En Extremadura existe un programa de atención humanitaria y acogida que ofrece alojamiento temporal, aprendizaje del idioma, orientación laboral y otros servicios de apoyo.