El bautismo, vía de acceso a la fe católica también para los adultos extremeños

Cristina Martín de 26 años se bautizó en la pasada vigilia pascual en la parroquia de San José de Mérida.

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Redacción COPE Extremadura

Mérida - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Personas adultas siguen accediendo, movidos por distintas razones, pero con el trasfondo de abrazar el camino de la fe católica sin importar la edad, al bautismo, el primero de los tres sacramentos de la iniciación cristiana al que sigue la primera comunión que miles de niños recibirán este mes de mayo en Extremadura, otra de las causas de un "bautizo tardío".

Es el caso de Cristina Martín que a sus 26 años se ha bautizado en la pasada vigilia pascual en la parroquia de San José de Mérida (Badajoz), y quien afirma que, para ella, fue un día “muy emocionante y bonito” y para sus padres, “algo bastante sorprendente” tras no haber “profesado la fe en casa”.

“En 2019 realicé un viaje a Zaragoza que me motivó; siempre había tenido está idea en la cabeza, pero cuando llegué allí y estuve por primera vez en una misa, sin entender casi nada de lo que se hacía o decía, decidí dar el paso y buscar la fórmula para comenzar”, afirma esta sevillana afincada en la capital extremeña.

Cristina recibió, además del bautismo, la confirmación y la primera comunión en la misma celebración, un paso a la fe que anima a otros jóvenes a dar para “notar un cambio muy especial en la forma de ver la vida y a los demás”, indica esta nueva feligresa católica a una edad no tan habitual.

Según las últimas memorias publicadas por las tres diócesis extremeñas, en todas ellas más de 4.500 personas, entre niños y adultos, recibieron por primera vez la comunión en 2022, cifra similar al número de bautizos practicados aquel año, mientras que el otro sacramento de iniciación cristiana, la confirmación, se impartió a poco más de tres mil fieles.

Asimismo, desde 2014 en la Archidiócesis de Mérida-Badajoz, una treintena de adultos han comenzado su camino de fe a través del bautismo, según los datos facilitados por el arzobispado.

En concreto, el pasado año se bautizaron siete personas mayores de 18 de años, el mayor número de los últimos diez años en dicha archidiócesis, mientras que los niños entre 7 y 10 años que se bautizaron fueron 137, fuera de la edad habitual a la que se imparte.

En los últimos cinco años la cifra de niños que recibieron el bautismo entre los 7 y 10 años osciló entre los 85 de 2021 y los 252 de 2020.

En el caso de la Diócesis de Coria-Cáceres, los mayores de 7 años que acceden al bautismo por año van desde los 29 de 2020, los 46 de 2021 y 2022, a los 68 de 2017.

El pasado año este número de personas bautizadas fue de 60, según su Secretaría, que no realiza la distinción entre estas edades y adultos bautizados.

Por su parte, la diócesis placentina no ha podido facilitar sus estadísticas, pues asegura están en fase de recopilación, por lo que faltan por añadirse muchas parroquias, algunas de ellas grandes.

Según explica el sacerdote Ramón Mariño, párroco de San José en la capital cacereña, existen dos principales supuestos en los que se accede al bautismo a una edad no tradicional: el caso del niño cuyo deseo es hacer la comunión con sus amigos, cuya preparación no difiere de la propia de la primera comunión, y el caso de una persona adolescente o adulta, por una “experiencia de fe”.

“El misterio actúa y sigue tocando los corazones; es sorprendente ver cómo tienen en su corazón un deseo grande de bautismo, viendo cómo se dan en ellos los signos de la fe”, expresa este sacerdote.

Para Piñero, estos adultos “se han encontrado con el Señor y quieren recibir el bautismo para recibir el perdón de los pecados y convertirse en hijos adoptivos de Dios y miembros de la iglesia”, por lo que empiezan un proceso de catecumenado, que suele durar mínimo un año, orientado por el RICA, el ritual de iniciación cristiana de adultos.

Según dicho ritual, que recomienda bautizar en la vigilia pascual, es el obispo de cada diócesis al que le compete la formación previa al bautismo de estos catecúmenos, aunque puede delegar en sacerdotes o catequistas.

Para este sacerdote, este tipo de bautizos se da tanto en hombres como en mujeres, migrantes en algunos casos, algunos con padres no cristianos y otros casos en los que los padres optaron por que sea el hijo quien decida bautizarse, mientras que otras personas estuvieron movidas por la religiosidad popular de la Semana Santa y han querido profundizar a partir de esa experiencia.

A diferencia del “bautizo tradicional” de los bebés, en estos casos se le pregunta al catecúmeno si quiere la fe, profesando el credo y renunciando al mal del pecado, actos que normalmente realiza el padrino.

Además, de forma esporádica, aunque se da todos los años, según Piñero, existe otra modalidad de acceso al catolicismo, de personas provenientes de otras confesiones cristianas, que previa información al obispo, se les admite a los sacramentos católicos, “validando” su bautismo previo anglicano, ortodoxo, evangélico o luterano.

Un reconocimiento que en 2015 y 2024 se dio en Mérida-Badajoz con dos ortodoxos adultos que no tuvieron que volver a ser bautizados.

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