Dispuestos a seguir trabajando en la Central Nuclear de Almaraz

Los trabajadores piden evitar su cierre: "Estamos preparados para seguir"

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José, mecánico que participa en las recargas de la planta

Miriam Bañón

Mérida - Publicado el

1 min lectura

El cierre de la central nuclear de Almaraz, previsto para noviembre de 2027, sigue generando una fuerte oposición entre sus trabajadores. La planta, que lleva más de 40 años operando en el municipio cacereño, es un pilar económico para la región, generando 2.900 empleos directos e indirectos. Los empleados insisten en que están listos para mantener la central en funcionamiento, a pesar de que el Gobierno ha reiterado su intención de clausurarla.

José, mecánico que participa en las recargas de la planta, expresa la preocupación de muchos: "Creo que no se debería cerrar la central porque el impacto económico es muy importante. Supone ingresos fundamentales para las familias. Aquí ya llevamos unos años y estamos preparados para el mantenimiento de esta empresa", comenta.

Impacto económico y social

El cierre no solo afectaría al sector energético, sino también a la economía local. La Comarca del Campo Arañuelo depende de la central para sostener una parte importante de sus comercios y servicios. Como señala José, "cuando vienen compañeros de otras zonas, naturalmente, dejan un dinero importante, tanto en hoteles como en hostelería. Eso es fundamental para la economía local."

La incertidumbre sobre el futuro de la planta ha generado una movilización de trabajadores y empresarios que abogan por prolongar su vida útil, a pesar del rechazo del Gobierno. Mientras tanto, Almaraz sigue siendo una de las principales fuentes de energía y empleo en la región, y sus empleados, orgullosos de su labor, no quieren que ese legado termine en 2027.

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