El arzobispo de Santiago arropa a la familia franciscana en sus 800 años de presencia en A Coruña
Numerosos feligreses, niños y mayores, asistieron a la emotiva celebración litúrgica de una parroquia "muy viva". El altar contó con una réplica del templo hecha con piezas LEGO
Coruña - Publicado el - Actualizado
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Dice el bolero que 20 años no es nada pero 800 años ya son palabras mayores. Esos son los años que llevan presentes en la vida de los coruñeses la comunidad franciscana. Fue un 29 de noviembre de 1223, cuando el Papa Honorio III aprobaba la Regla de Vida de los Hermanos Franciscanos, año que coincide con la llegada de los franciscanos a la ciudad herculina. Por este motivo, se celebraba en las últimas horas la conmemoración de esta efeméride. Una celebración litúrgica en el templo presidida por el arzobispo de Santiago y que comenzaba así
En su homilía, monseñor Francisco José Prieto destacó que "hablar de una Regla, como la que guía la vida de los Franciscanos desde hace 800 años, es hablar sobre todo de un cauce, como el cauce de los ríos, a través del cual tiene que discurrir el agua, a través del cual llega la bondad de Dios al corazón de los hermanos, a través del cual se expresa esa honda humanidad en la que Dios habla y quiere hablar a través de ti y de mí".
Una emocionante celebración a la que asistieron más de una veintena de sacerdotes y numerosos feligreses. Entre ellos, Antonio que, con sus nietas, realizó una réplica del templo con piezas LEGO. Antonio ha explicado que fueron sus nietas quienes le ayudaron rebuscando entre sus juguetes piezas que le valiesen. Reconoce que lo que más le llevó fue realizar los planos a escala para determinar cuántas piezas necesitaba pedir. Y aunque no echó la cuenta cree que han sido más de 5.000. Para replicar las vidrieras hizo fotos de las de la iglesia.
La réplica la terminó "4 ó 5 días antes" de la celebración. Una réplica que presidió el altar durante toda la liturgia.
Y entre todos los feligreses, uno ilustre, el conocidísimo presentador televisivo, Xosé Ramón Gayoso quien intervino durante la celebración para relatar que muchos de los recuerdos de su vida son con los franciscanos
Alejandro es catequista en la parroquia de un grupo de adolescentes que se preparan para recibir la Confirmación. Asegura que se reúnen todos los domingos a las once de la mañana. Encuentros en los que hablan de las "inquietudes" que tienen los jóvenes y qué tiene que ver eso con "el camino de la Fe". Subraya que es una edad "muy buena" para dar catequesis porque necesitan estar con "gente parecida y ser escuchados por alguien que respeta lo que dicen". "No necesitas una gran preparacion, sólo saber escucharlos y aportar lo que tú puedas para hacer una comunión que lleve a un mensaje de evangelio", añade
Jairo es uno de sus niños. Asegura que dan la catequesis de forma "diferente". Apunta que hablan de cómo sus "inquietudes" del día a día las pueden relacionar con "nuestra creencia en Dios". Con fórmulas tan peculiares como hacer catequesis en el bar. Jairo explica que su catequista los llevó allí para explicarles "qué significado cristiano tiene invitar a alguien a tomar algo. No sólo invitabas con el dinero sino con el tiempo que te costaba conseguir ese dinero. Por lo cual no estabas invitado con dinero, sino con tu tiempo, con tu dedicación, que eso es lo que importa en las personas".
La parroquia está "tan viva" que hay niñas como Aldara y Julia que siguen yendo a pesar de que ya hicieron la Primera Comunión. Aldara afirma que la misa del domingo es "la más alegre de la semana, cantamos, bailamos...". Algo que confirma Julia que apostilla con "es una misa bastante divertida, la verdad".
Futuro
Fray Natalio Saludes, párroco de San Francisco de Asís, apunta que de cara al futuro "no queremos ponernos expectativas ni hacer grandes proyectos. Nuestro futuro es nuestro presente, vivir fielmente el día a día, servir a todas las personas que pasan por ella. Tenemos un gran objetivo que es anunciar a Jesús bajo el carisma franciscano y luego ir consolidando los grupos para que la vida se afiance y la gente sea feliz y Dios ayude a la gente a ser feliz".
En un inicio, el convento franciscano se ubicó en la Ciudad Vieja, incendiado durante el asedio inglés. Desde los años 60 están en el Paseo de los Puentes en un templo que fue reconstruido piedra a piedra a imagen del que se situaba donde hoy está el Museo Militar. La parroquia es un auténtico centro dinamizador y de intensa ayuda mutua. Este sábado celebran una comida de confraternidad entre sus grupos parroquiales.