Orzán: la calle de las contradicciones
Hay una calle Orzán de día y otra de noche. La que tiene buses y bolardos y la peatonal. La del entorno de la Cocina Económica o la de las familias en las terrazas de A Cormelana. O la calle Orzán de las casas en ruinas que coexiste con la de los alquileres a mil euros. Todas son la misma, según quién y cuándo mire a esta peculiar vía que no deja a nadie indiferente. Escucha el reportaje y la entrevista a Dolores Blanco, presidenta de la federación de ANPAS en el espacio 'Pateando A Coruña'
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La calle Orzán como tal nace a principios de siglo XIX en el popular barrio de Pescadería, con el mismo topónimo de origen incierto que la playa y la Ensenada más famosas de A Coruña. Declarada Zona Acústicamente Saturada desde 2009, en la práctica, Orzán sigue siendo una vía ruidosa, de noche por los bares y de día por el tráfico de los coches y las seis líneas de bus que pasan a poca distancia de peatones y viviendas. Entre los vehículos, los bolardos de hierro y el ambiente general, hablamos de una calle más de tránsito que de paseo
Y eso que el Orzán guarda varias joyas : el edificio de las antiguas escuelas municipales, de Pedro Mariño, ahora sede de la Federación de ANPAS. La Casa de los Elefantes del número 8, de Galán Carvajal, o el edificio que divide la calle en dos hacia Cordelería, en el número 96, son solo algunos ejemplos de la arquitectura modernista que milagrosamente se conserva en esta vía en la que también dejaron su huella arquitectos notables como Antonio Tenreiro, Eduardo Rodríguez Losada o Peregrín Estellés.
Una visita turística, eso sí, no podría obviar un evidente estado de abandono. Un vistazo rápido nos deja una docena de edificios con andamios, lonas o en ruinas. Y los inmuebles que resisten en pie están llenos de pintadas o son un auténtico tablón de anuncios
Paradójicamente, al tiempo que el Orzán se deshace, en algunos edificios rehabilitados o seminuevos de la calle se piden precios de alquileres de mil o más euros al mes, una cifra que sorprende por lo degradado de la zona. Hay voces que apuntan a cierta gentrificación del barrio, ya solo sea por la inevitable subida de nivel adquisitivo que tienen que tener los nuevos inquilinos. Y sí que se ven brotes verdes en el Orzán hacia un lento cambio de tendencia. La última parte de la vía se peatonalizó en 2010, y es entre la rúa Alta y la plaza de Pontevedra donde se están viendo mayores cambios: la apertura de negocios más modernos, de alquiler de bicis, decoración, moda... en una zona que desde hace siete años se intenta consolidar como el autodenominado “Soho Coruñés”, en referencia al barrio londinense
La popularidad que han adquirido los nuevos espacios urbanos como la plaza José Sellier y A Cormelana, zona casi íntegra de terrazas, ha ayudado a dar otro aire a lo que hasta anteayer era barrio chino. Y pese a que hay quien sitúa la plaza de Lugo como la zona cero del 'Efecto Inditex' en A Coruña, no hay más que pasarse una noche de cualquier fin de semana para comprobar, en la clientela de los locales, que hacer un autobús directo entre Sabón y la calle de la que hoy hablamos sería más que rentable. Esa es la última de las contradicciones del Orzán: al tiempo que sufre de un abandono histórico, se está poniendo de moda.