Declara el lotero y su hermano por presunta estafa en el boleto premiado de la Primitiva en A Coruña
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El misterio de la primitiva millonaria sin dueño encara la vía penal. Hoy declara ante el juzgado de instrucción número 7 de A Coruña el lotero de San Agustín que dijo haber encontrado el resguardo y su hermano Miguel, delegado de Loterías en A Coruña. Ambos entraron por separado antes de las once de la mañana en los juzgados de A Coruña, acompañados por sus respectivos letrados. Manuel Reija, con semblante serio al entrar en el edificio. Ninguno quiso hacer declaraciones a los medios.
El vendedor es el principal investigado, por presunta estafa y apropiación indebida. Él dijo inicialmente que había encontrado el resguardo premiado con 4.7 millones de euros abandonado en su administración, situada en la plaza de San Agustín de A Coruña. Un informe policial determina que pudo engañar al legítimo dueño. Este le habría entregado un lote de boletos sellados en las loterías de Carrefour, pero Reija le habría ocultado el millonario premio al comprobarlo en la máquina.
DOS QUERELLAS ABIERTAS
La familia de esa persona, ya fallecida, lleva desde 2012 intentando reclamar el dinero. Su abogada, Belén Canosa, espera que "con un paso lento y seguro" se llegue a "la verdad". Asegura que pedirán "muchas pruebas" para conseguir que "aflore la verdad". Una de las cuestiones que se tendrán que demostrar es que hubo un engaño por parte del lotero, para lo que habrá una serie de pruebas: "todavía no se han practicado las diligencias, prácticamente ninguna, de las que hemos pedido", recordó. El caso salpica a altos cargos de Loterías y Apuestas del Estado. Cuatro directivos de la entidad tendrán que declarar como investigados en enero, incluido el que era presidente de la organización hace 7 años.
A esta querella penal se suma otra de persona fallecida que reclama desde 2015. Más de 200 personas reclamaron la propiedad de la primitiva en un proceso público abierto por el ayuntamiento herculino y ninguna pudo acreditar ser el dueño del boleto. En el caso de que no se pudiese demostrar quién es el legítimo propietario, el dinero iría a quien lo encontró, es decir, el lotero ahora investigado. Con los intereses, el premio rondaría ya los seis millones de euros.