El dueño de una librería coruñesa va a trabajar y no da crédito a lo que ve en las cámaras de seguridad: "Sospecha"
En tres días, esta librería coruñesa ha vivido una historia de película que el dueño jamás olvidará
Coruña - Publicado el
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Parece el guion de una película, pero es una historia real. Es la historia del colmo de los robos o la búsqueda de los amigos de lo ajeno de fórmulas para no ser pillados in fraganti. La presunta ladrona de una conocida librería coruñesa utilizó este local para esconder lo que había robado en otros establecimientos.
El relato comienza el día en el que una mujer bien vestida y con un bolso grande de cuero entra en esta librería situada en el centro de A Coruña.
"Una persona que si la ves, pues no te podría causar ninguna sospecha, porque va como una persona normal que puede entrar a comprar", explica el propietario de la librería, Manuel Arenas. Elige un libro, el último de Mikel Santiago "El Hijo Olvidado" que es una de las novedades, y se lo mete en el bolso sin pasar por caja y se va.
Revisando las cámaras de seguridad, Manuel descubre que les han "robado un libro. Nos lamentamos del hecho y nada, con la idea de ir al día siguiente a poner la denuncia".
Cual no es la sorpresa de Manuel cuando ve al día siguiente a esta mujer volver a entrar en su establecimiento, prácticamente a la misma hora que el día anterior y con el mismo bolso. "No me lo puedo creer, me ha venido a robar el lunes y vuelve a intentar robar el martes. Hasta piensas que esa persona debe estar mal de la cabeza porque no lo entiendes", subraya.
Manuel asegura que se hace "un poco el despistado y veo que hace el ademán de meterse un libro en el bolso". Entonces, cuenta, "salté como un tigre y le dije: mira, sé que me has robado ayer y me estás intentando robar hoy". Es, en ese momento, cuando avisa a uno de sus empleados para que llame a la policía.
Según relata este librero coruñés, la mujer empieza a teatralizar y le pide "por el amor de Dios no llame a la policía". La mujer intenta escaparse y "yo me pongo delante, me empuja y le digo que no me toque". Manuel asegura que la fue acorralando en la sección de libros de infantil y juvenil.
En esa situación, la mujer se ofrece a pagar el libro que había robado. Manuel asegura que fue en ese momento cuando se dio cuenta de que se estaba delatando ella misma. "No quiero que me pague ese libro, no quiero tu dinero, quiero que me devuelvas el libro. Me vas a devolver el libro porque si no voy a tu casa, me planto delante de tu portal y monto un pollo", le contestó. Al día siguiente, la mujer que no fue detenida por el intento de robo del día anterior acudió al establecimiento a devolver el libro robado.
"ESTABA LAMENTÁNDOSE Y HACIENDO EL PARIPÉ"
Manuel asegura que durante el tiempo que estuvieron esperando la llegada de la policía la mujer no paró de moverse, "venía, volvía a salir, intentaba acercarse a mí, se metía hacia dentro de la zona infantil y juvenil". "Después", afirma, "nos dimos cuenta de que estaba haciendo otra cosa".
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¿Y qué otra cosa estaba haciendo? Una de las empleadas de la librería, explica Manuel, colocando unos libros se encuentra "una percha y una prenda de ropa" en una de las estanterías. Decidieron, entonces, revisar las cámaras de nuevo y descubrieron que la "presunta ladrona" mientras esperaban la llegada de la policía "estaba lamentándose y haciendo el paripé mientras iba sacando cosas del bolso y escondiéndolas detrás de todas las estanterías de la librería".
En toda la librería encontraron siete prendas de ropa, fundas de móvil, el kit de robo con las tenazas y unas tijeras. "Alucinante", destaca Manuel. "No voy a decir los nombres pero son tiendas muy conocidas en las cuales ella fue haciendo un tour: salió de su casa y fue yendo por cada tienda y robando". Ante estos hechos, Manuel lanza esta advertencia a otros colegas: "Señores comerciantes, cojan ustedes, revisen las cámaras, porque les están robando".
Manuel ya ha presentado denuncia porque lo que quiere es que esta mujer dejé de estar en la calle. Pide también que se aumente la presencia policial para que, al menos, este tipo de personas no actúen con tanta impunidad. Reconoce que en los últimos tres años el incremento de hurtos en sus librerías ha sido "brutal".