Los ciberdelincuentes hablan gallego para generar más confianza en las víctimas

En el cuartel de Lonzas, la placa del despacho de Estafas telemáticas convive con una nueva pegatina en la puerta, con un logo y un lema: “Equipo Arroba”. Aquí están los expertos en delitos por Internet, un cuerpo que se ha reforzado con la creación en Galicia de seis equipos y 20 agentes.

Los equipos Arroba pretenden ser el primer nivel de respuesta a los ciberdelitos. Orientan a las unidades territoriales, reciben las denuncias en los casos más complejos y asesoran a ciudadanos y empresas. Estos agentes trabajan en sus ordenadores entre pizarras con esquemas y palabras como “duplicidad”, “Vodafone” o “Cash Converters”.

Detrás de estos términos se esconde esconde un problema de una magnitud importante. 1 de cada 6 delitos en Galicia en 2021 fueron telemáticos según las últimas estadísticas. Crecieron un 51% respecto a hace un año. El perfil más habitual de víctima, contra lo que se pueda pensar: es un hombre de entre 26 y 40 años, porque son los que más usan Internet en el día a día.

FALSAS LLAMADAS EN GALLEGO

Entre los delitos más frecuentes sigue estando el Phishing, o suplantación de identidad. El estafador se hace pasar por una entidad bancaria, una organización o una tienda para pedir datos personales, un pago o una cuenta bancaria.

A partir de ahí, hasta pueden tener control de tu móvil. La delincuencia es cada vez más especializada y terrorializada”, hasta el punto que ahora también habla gallego para hacerse pasar por alguna persona de un centro próximo. Eso “te acerca a esa persona y genera más engaño”, señala Alberto González, responsable del equipo Arrroba en A Coruña.

COMPRAVENTAS Y FACTURAS FALSAS

Otros de los delitos más habituales se refieren a una compra o una venta por Internet. Hay muchas modalidades, pero puede pasar por contactar con alguien en un portal común, dar el dinero y no recibir ningún producto. O vender algo y no recibir nunca el dinero.

Además, preocupa algo relativamente novedoso: las facturas falsas que suplantan la identidad de un proveedor para hacerse con el dinero de una empresa. “Se interviene la comunicación de dos empresas y se modifican las facturas para que se realicen pagos modificando la cuenta bancaria”, señala González.

HUIR DEL "URGENTE"

Los consejos básicos pasan por la prudencia, “no facilitar ningún dato personal por correo o SMS” o “no pulsar ningún enlace” que nos llegue por esas vías. Es importante huir de palabras como “urgente” o “chollo”, especialmente si llega desde una dirección que parece ser una entidad o una empresa. En ese caso “deberíamos tomarnos un tiempo, recapacitar y ver si la acción que vamos a hacer es la correcta”.