El problema que esconde la crisis de los pellets en Galicia: “Esto es solo la punta del iceberg”
El grupo Naturalista Hábitat llama a la reflexión sobre el consumo de plásticos y alerta sobre los riesgos al medio ambiente
Coruña - Publicado el - Actualizado
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El problema de la contaminación de pellets de plástico en las costas de Galicia no es nuevo y es el resultado del comercio internacional incontrolado en todo el mundo. Es lo que subrayan desde el Grupo Naturalista Hábitat, de A Coruña. Se ven en las playas, desgraciadamente, desde hace décadas.
La diferencia es que ahora conocemos el origen y la magnitud es muy grande, pero ha habido otros casos de invasión de estas pequeñas bolitas, en Ferrolterra en 2008 o en la laguna de Baldaio (Carballo) en 2020. “Había una sopa de estas bolitas mezclada con otros plásticos, así que esto novedad no es”, indica Santiago Vázquez, vicepresidente de Hábitat. Lo que sí es nuevo, eso sí, “es la trazabilidad, sabemos el día, el barco y el contenedor... y que llegan en sacos, que esto nunca lo habíamos visto”.
La emergencia sobre la guerra administrativa
De este modo, el hecho de que no sea nuevo no quiere decir que no sea grave, porque son muchas toneladas de plástico que están llegando a la costa de forma muy dispersa. Vázquez reconoce que es muy difícil retirar estos pellets por su tamaño, y pide coordinación entre las administraciones para poder hacerlo cuanto antes y de forma asesorada y ordenada. “La sociedad puede estar orgullosa de cómo toma las riendas a expensas de cómo vemos a las administraciones en una guerra sin sentido”, opina. Por ello, aboga por que “primero hay que trabajar, que limpiar y luego haremos nuestros protocolos y sacaremos las conclusiones en claro.
Y también apela a la ciudadanía a no actuar por su cuenta. “Nos llega mucha demanda que quiere ayudar” pero esa ayuda se tiene que canalizar de forma “coordinada” y “formada”. Por ejemplo, “limpiar una playa urbana no es lo mismo que una en la Red Natura 2000” o hay que tener en cuenta otras actividades como el marisqueo.
El peligro de la descomposición
Al margen de si los pellets son peligrosos o tóxicos de por sí, un riesgo claro que ven desde Hábitat es el que implica su descomposición, como todo plástico. Uno de los desafíos es que, con el tiempo, se degraden en el medio natural y las especies marinas los confundan con comida.
“Lo que no se retire se va a degradar, y aparte este PET (polietileno), a medida que se va degradando se va a ir pareciendo más a lo que comen muchas especies”, explica. Además, “este PET degradado va a absorber contaminantes, un montón de sustancias que al final nos lo vamos a acabar comiendo nosotros”. Pero no es algo que pase solo con este episodio masivo de contaminación, sino que “es una problemática mundial donde semanalmente cualquier ciudadano se está tomando el plástico sin saberlo”, apunta.
La reflexión necesaria
El naturalista llama a la reflexión porque esto es solo la punta del iceberg de un problema mundial de exceso de consumo de plástico. Buena muestra de ello es todo lo que encuentra estos días el voluntariado en las playas. Estos días, “en las revisiones que estamos haciendo los compañeros está apareciendo muchísimo plástico, del plástico habitual, con restos de botellas, restos de arte de pesca... cantidad de material que se encuentra en las playas junto con estos pellets que están llegando”
Y es que el descontrol con el comercio internacional de este tipo de materiales es un desafío medioambiental de primera magnitud. Cada año, se pierden "miles de toneladas de plástico" en el mar. “Del reciclaje que podemos hacer nosotros en nuestras casas se convierte en esta granza, que después eso lo funden para hacer otras botellas”, señala, al tiempo que añade que “lo que no es de recibo es que ya que nosotros lo reciclamos en casa” luego “en esta transformación se vayan perdiendo a lo largo de toda la costa, de nuestros ríos, miles de toneladas de este material a lo largo de un año. Y es un problema a nivel europeo, a nivel mundial”.
Por eso, además de ayudar a limpiar las playas,invita a la ciudadanía a reflexionar y pedir actuaciones a largo plazo. “Es por donde tenemos que empezar”, asevera. Este punto de partida se da “si nosotros consumimos menos plástico, exigimos a nuestras administraciones que quiten y que reciclen bien el plástico y que en todo este circuito de consumo se tenga en cuenta”. Aplaude medidas como la prohibición de vasos o cubiertos de plástico de un solo uso pero para que realmente haya un cambio, recuerda, es necesario un cambio drástico en los patrones de consumo y producción a nivel global.