Le queman el coche por la huelga de basura de A Coruña y no da crédito a lo que el desguace le dio por él

Ariel vive en A Coruña, trabaja en una ebanistería y vive en el barrio de Monte Alto. Nunca es fácil aparcar en su zona, pero tampoco hay mucho sitio donde escoger. El viernes por la tarde, dejó su coche aparcado en la calle Cervantes. Un aparcamiento correcto, por el libro, solo con una salvedad: estaba al lado de varios contenedores.

Y la fatalidad quiso que ese bidón fuese uno de los objetivos de la o las personas que están detrás de la oleada de sabotajes que acompaña a la huelga de basura de la ciudad gallega. Así que, unas horas después, su móvil sonó: era la policía.

“Llamó la policía a las siete de la mañana del sábado”, relata a COPE. Le pedían que saliese fuera, “bajé y me encontré el coche todo quemado, los vecinos intentaron apagarlo, había otro coche delante que lo consiguieron mover, pero el mío como estaba de morro y el motor pesa mucho no lo pudieron mover”. ¿El resultado? “Se quemó todo”, lamenta.

Un incendio por cien euros

Lo primero de todo fue el disgusto. Su coche tenía 20 años, pero estaba en perfectas condiciones. “Era buenísimo, un Alfa Romeo de alta gama y estaba muy bien, acababa de pasar la ITV”, cuenta. Ahora, supone que le darán “el valor real de lo que establecía la matrícula” y entiende que “el seguro me dará algo”.

Porque ahí está la segunda parte: el engorro. No entraba en los planes de Ariel tener que andar peleando con el seguro, con reparaciones y con todo el papeleo por un sabotaje que ahora tendrá que pagar: “Te vuelves un experto en seguros e indemnizaciones”. El coche quedó hecho polvo y lo llevó directamente al desguace. “No lo quería admitir ningún taller. Está quemado, apesta y no se puede arreglar. Al final, en un taller iba a acabar en la chatarra”. Por ello, ya fue directamente al desguace y, por un coche que hasta hace unos días estaba en perfecto estado, “me dieron cien euros”, asegura.

Un peligroso vandalismo

Al mismo tiempo, entre los sentimiento está cierto vértigo. En este caso, el daño fue material, pero pudo ser una tragedia. “Ahí donde quemaron mi coche había un bajo que era la ventana donde dormía un niño”, relata. Lamenta la situación actual: “Ojalá fuera yo el único perjudicado, pero es que estamos viviendo todos esto. Yo me como el coche, otro no podrá entrar en su negocio... yo qué sé, cada uno lo vive a su manera”.

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Intentan arrancar el coche tras el sabotaje

Intentan arrancar el coche tras el sabotaje

El coche de Ariel era también su herramienta de trabajo. Va cada día a su taller en Meicende (Arteixo) y estos días tiene que echar mano del vehículo de su mujer. Puede hacerlo porque su empleo le permite teletrabajar. Este ebanista no puede ejercer a distancia su trabajo, haya o no quien se lo quiera impedir con un peligroso vandalismo.

Un mes de huelga de basura

El 24 de junio el personal de la recogida de basura de A Coruña convocó una huelga indefinida con paros intermitentes que ha venido acompañada de una oleada de incendios intencionados a contenedores, especialmente por la noche. En las últimas semanas, unos 125 bidones fueron quemados, con un coste aproximado de 375.000 euros, según datos del Ayuntamiento de A Coruña.

La ciudad está desde el lunes en emergencia sanitaria para poder encauzar la situación, que inunda de basura la mayoría de barrios de la ciudad. Muchas noches queda el 80% de los residuos sin recoger, haya paro oficial o no, por el bajísimo rendimiento que presenta la plantilla desde San Juan. A la contratación de una nueva empresa que refuerce el servicio, se suman decenas de sanciones a trabajadores por parte de la concesionaria, Prezero.