Retiran la custodia a un padre en A Coruña y se la dan a la madre pese a su traslado laboral fuera de la comunidad
La Audiencia Provincial ve "cuestionable" la resolución en primera instancia entiende que en su nueva residencia tiene mejor horario laboral y apoyos familiares
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Coruña - Publicado el - Actualizado
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La sección cuarta de la Audiencia Provincial de A Coruña ha emitido una sentencia en la que ha atribuido a una madre que trasladó su domicilio desde Galicia a otra comunidad autónoma la guarda y custodia de su hija, nacida en 2021, y ha establecido a favor del padre un régimen de visitas.
En concreto, debido a la distancia existente entre los domicilios de los progenitores, “podrá disfrutar de la compañía de su hija un fin de semana al mes” e íntegramente en los períodos extraordinarios -vacaciones escolares de Semana Santa y Carnaval-. Además, la Sala ha decretado que el resto de periodos vacacionales (verano y Navidad) se repartirán en tres mitades, correspondiendo al padre, que deberá abonar una pensión de alimentos de 200 euros mensuales, dos tercios de cada uno de ellos.
un mejor trabajo fuera de Galicia
Los jueces subrayan que el cambio de residencia de la madre “no resulta caprichoso ni arbitrario”, al tiempo que indican que “no le es reprochable que, tras la pérdida de un trabajo temporal en A Coruña y hallar un trabajo mejor en la otra comunidad autónoma (contrato indefinido y en turno de mañana), decidiera trasladarse allí”. Tales circunstancias bastan, según la Audiencia Provincial, “para estimar que el traslado de la apelante no obedeció a razones distintas que el legítimo interés profesional”.
El tribunal señala que ambos progenitores “tienen capacidad para desarrollar la responsabilidad parental” y que la menor “tiene vínculo afectivo con los dos”, si bien indica que “es la madre la que cuenta con un mejor horario laboral y también con apoyos familiares que permiten cubrir las necesidades de la menor”. La Sala afirma que el padre, sin embargo, “no cuenta con ningún apoyo y ha tenido que solicitar la reducción de jornada para poder cuidar de su hija”.
En la otra comunidad autónoma, de la cual provienen ambos progenitores, según manifiesta la Sala, la menor “tendría contacto con su familia extensa, lo que no ocurre en A Coruña; y su corta edad (acaba de cumplir tres años) impide, por otro lado, apreciar un arraigo en esta ciudad y constituye una ventaja para su adaptación a un posible cambio”. Además, añade que “no podemos olvidar tampoco la mayor facilidad del padre para encontrar un trabajo de instalador en la otra comunidad y que no ha quedado acreditado el arraigo del mismo en A Coruña, pues no alega ningún motivo, además del laboral, por el que quiera permanecer aquí”.
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Un "amplio régimen de visitas"
“Se prevé afectación o perjuicio emocional para la menor, tanto si se separa de la madre como si se separa del padre, ya que ambos han estado siempre presentes en su cuidado, pero el resto de las circunstancias valoradas nos conducen al convencimiento de que la menor se encontrará en mejor situación de bienestar físico y emocional si está rodeada y apoyada por su familia extensa”, argumenta el tribunal, al tiempo que señala que el vínculo paterno-filial no considera que esté en peligro “si se prevé un amplio régimen de visitas y estancias con el padre y si ello va acompañado de una voluntad de cooperar por parte de ambos progenitores”. Además, advierte que “en ningún momento” está priorizando los intereses de la madre, sino “la estabilidad y desarrollo de la menor”.
El tribunal explica en la resolución en la que revoca la sentencia de primera instancia, que atribuía la guarda y custodia al padre, que se debe probar “el beneficio de la medida que se adopte desde la concreta perspectiva del interés superior del menor”. En ese aspecto, según la Audiencia Provincial, “resulta cuestionable la decisión adoptada en la primera instancia: ni en sede de medidas provisionales ni a la hora de adoptar las medidas definitivas se ha razonado que las mismas resulten las más beneficiosas para el interés superior de la menor, sino que la decisión adoptada se presenta como una sanción al progenitor que cambió su residencia y la de la menor sin el consentimiento del otro”.
Los magistrados explican que el Tribunal Supremo “viene descartando el establecimiento de un sistema de guarda y custodia compartida cuando los progenitores residan en poblaciones distintas, ello por el perjuicio que el constante cambio de ubicación en el ejercicio de la misma puede suponer para el menor”. Por ello, subrayan que, en este caso, “la distancia entre los domicilios de los progenitores se erige en circunstancia impeditiva del régimen de custodia compartida”. La sentencia no es firme, pues contra ella cabe presentar recurso de casación ante el Tribunal Supremo.