Rosa Otero, la supermujer que lucha contra la droga en A Coruña: "Daban sangre para..."
Esta santiaguesa se convierte en la primera mujer de la historia de A Coruña en ser reconocida como Hija Adoptiva de la ciudad

Coruña - Publicado el
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Rosa Otero es una santiaguesa muy coruñesa. Tan coruñesa y tan involucrada en la ayuda a los demás desde varias entidades que el pleno del ayuntamiento de A Coruña la ha reconocido por unanimidad como Hija Adoptiva de la ciudad. Es la primera mujer en la historia de A Coruña que recibe esta distinción. Rosa se muestra agradecida por este reconocimiento pero asegura que esto es "gracias a La Coruña, gracias a todos los que me han ayudado en mi trabajo porque toda Coruña me ha ayudado a llevar adelante la misión que me propuse".
Asegura que nunca pensó que le pudieran conceder ese "galardón" aunque asegura que "ahora ya lo he asumido y la verdad estoy contenta, feliz y la gente la veo también contenta. Yo creo que para todo el mundo es una alegría".
Apunta que fue la propia alcaldesa de A Coruña, Inés Rey, la que la llamó para informarla de que había sido propuesta para esta distinción. "Me anduvo llamando a las amas de casa, a todos los sitios para localizarme" y dejó recado en la farmacia de Rosa, que ahora regenta su hija.
"Una de las empleadas me dice que hay un número de teléfono que llamaron para que usted llamase y llamo y era un número del ayuntamiento. Me coge la secretaria de la alcaldesa y me dice: un momentito que quiere hablar la alcaldesa contigo. Y cuando me lo dijo, la verdad, me dejó un poco en shock", destaca.
una santiaguesa en a coruña
Rosa nació en Santiago pero con 23 años conoció a un exportador de pescados de A Coruña con el que se casó un año después. Relata que lo conoció en Xermade, cerca de Caión, donde su hermana ejercía de profesora. "Allí nos vimos y nos invitó a un café. Yo tenía a mis hermanos conmigo. Le dije que no los podía dejar. Y al otro día apareció otra vez en el mismo sitio y ya está: hasta siempre. Hizo ahora cinco años que falleció pero me hizo la vida muy feliz".
Rosa Otero es presidenta de la Asociación de Amas de Casa de A Coruña desde hace más de dos décadas, fundadora de Ayuda y Atención al Preso y luchadora incansable contra la droga desde la Asociación Antonio Noche.
LABOR SOCIAL
Fue tras llegar a A Coruña cuando inició su labor social. Trabajaba como analista en el hospital Labaca y fue, ahí, donde empezó a ver el grave problema de la droga. "Venía gente, estudiantes de fuera de Coruña y daban la sangre, cobraban por ella. Eso a mí me preocupó, no por dar la sangre, que la sangre estando bien es una ayuda para otros, sino que el dinero lo empleasen precisamente para comprar droga".
En 1972 abrió una farmacia. Este local le hizo acercarse más a la situación de vulnerabilidad de las personas chabolistas. "Había algún compañero que me decía pero ¿cómo te pusiste aquí?. Sin embargo, fue un acierto grande porque la gente se encariñó conmigo y yo con ellos y para mí no tenía clientes, tuve siempre amigos. Y luego tenía allí el asentamiento chabolista y a raíz de ver todo lo que ahí se hacía fue cuando empecé realmente mi labor contra la droga", explica.
Rosa subraya que de lo que "más satisfecha" está es de "ver a todos los chiquillos y personas que he recuperado y he ayudado a salir de la droga, que hoy tienen sus familias, sus hijos y que están encantados y, la verdad, me adoran, me aprecian, y yo al verlos bien, para mí es una satisfacción". A pesar de su inmensa labor para ayudar a los que se han metido en la droga, apunta que ahora "hay más droga que nunca".
Cree que este empeño por ayudar a los demás se lo enseñaron sus padres. Rosa siempre cuenta como ejemplo un detalle de "muy niña" que se le quedó marcado. Su padre era revisor de Castromil en el trayecto que cubría A Coruña y Santiago y tenía ocho hijos. Relata que unas Navidades su sindicato les daba un "cariño".
Ese año, su padre le indicó a su hermana que tras recoger "el paquetito nuestro" se lo llevase al "señor Ángel" que vivía cerca de ellos, compañero de su padre. Ella se quedó pensando que esas Navidades al darle el paquete a esta familia se iba a quedar sin "turrón". Fue entonces cuando le dijo a su padre que si hacían eso se iba a "quedar sin turrón". Su padre le dijo que "el señor Angel tiene cinco niños y su señora y están mal, porque estaban con la tuberculosis, están muy malitos y lo necesitan".
Su padre la tranquilizó, sin embargo, asegurándole que "no te preocupes. Tú el día de Nochebuena tendrás turrón" y, reconoce que, "aquello me quedó para siempre. A veces, aún lo pienso, mi padre con ocho hijos y mi madre, trabajadora 24 horas, aún pensaban en la gente necesitada que teníamos alrededor y eso yo creo que fue una cosa que la llevó siempre en la cabeza y en el corazón. Y yo lo que he hecho, lo he hecho de corazón. La vida es ayudarnos unos a otros", concluye.