Álvaro Fraga, el héroe de Recimil que capturó en el aire a un bebe que se cayó desde una ventana

El alcalde de Ferrol, Ángel Mato (PSOE), le ha transmitido “las gracias en nombre de la ciudad” a Álvaro Fraga, un vecino del barrio de Recimil que en el mediodía del pasado viernes, 25 de diciembre, atrapó en el aire, entre sus brazos, a un niños de 15 meses que se precipitó desde la ventana de su vivienda a la plaza de Sevilla, en donde “Pitu”, como cariñosamente le llamas sus conocidos y amigos, estaba con sus perros y alertado por una vecina se situó justo debajo de la ventana hasta que el niño se precipitó desde una altura de un primer piso.

El regidor recibió a los que algunos ya catalogan como “el héroe de Recimil” en una recepción desarrollada desde las 11,30 horas de este lunes, día 28, en uno de los salones de la Alcaldía, reseñando el regidor que “lo que pudo ser un drama se ha convertido en una noticia feliz”, destacando al mismo tiempo “el comportamiento y la rapidez para evitar una situación que podía haber sido dramática”, destacando que tras este incidente “hay también unos padres que están inmensamente agradecidos y en donde este tipo de gestos son los que verdaderamente merece la pena poner en valor”.

COGIDO AL VUELO

Por su parte, Álvaro Fraga se ha mostrado “muy agradecido por este reconocimiento, al mismo tiempo que abrumado y estimo que lo que yo hice lo haría cualquier otra persona que se encontrara en ese mismo lugar y en las mismas circunstancias, en donde lo más importante ha sido que hemos tenido un final feliz”.

“Pitu” ha destacado que todo sucedió muy rápido, “cuando estaba paseando mis tres perros y una vecina comentó que venía muy nerviosa porque acaba de ver a un niño asomado a una ventana”. Fue entonces cuando dirigieron su mirada a la zona “y ya vimos al niño sentado en la repisa, por lo que nos dirigimos al lugar y ya me puse debajo de la ventana, tratando de que el niño no se fijará en mí, mientras otras personas acudieron a llamar a los padres para contarles lo que pasaba”.

Pero tras estar debajo de la ventana, Álvaro Fraga dirigió su mirada hacia arriba y “fue entonces cuando el niño se movió, hizo como un tobogán y se calló, haciéndolo con los brazos abiertos y teniendo la suerte de cogerlo en el colo, empezando a llorar a los pocos minutos”, incidiendo que en un primer momento “ni lloró y solo ho hizo transcurriendo un tiempo y al darse cuenta de que no me conocía de nada”.